Mejillón dorado: un visitante inoportuno en el agua dulce de Uruguay

En octubre las investigaciones sobre el mejillón dorado en Uruguay llegaron hasta la revista científica Hydrobiologia.

Debajo de las aguas del Río del Plata, habita un invasor inoportuno: el mejillón dorado.

Esta especie exótica fue descubierta en aguas uruguayas en 1991. En aquel entonces, su presencia en estas latitudes llamó la atención porque su origen está en los ríos de agua dulce del otro lado del planeta, en el sudeste asiático. Los investigadores creen que llegó en el agua de lastre de los buques mercantes de China.

Como toda especie exótica, la llegada del mejillón dorado causó un desequilibrio en el ecosistema alterando su estructura y funcionamiento. Pero también complicó los planes de la especie humana.

Desde su aparición, este mejillón está generando problemas en las fuentes de suministro de agua potable. En localidades como Colonia, el mejillón muchas veces se acumula en las tomas de agua generando cortes en el suministro en varios puntos del departamento.

Es decir que además de complicar la vida debajo del agua, el mejillón también provoca dolores de cabeza y daños económicos por fuera de ella.

Es por eso que desde hace tres años, investigadores del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable conducen un proyecto para descifrar el potencial de los peces nativos para “controlar al mejillón dorado asiático y mitigar alguno de sus impactos ecológicos negativos”.

Para alcanzar los resultados, los científicos investigaron la dieta de los peces en base a diferentes técnicas. De esta forma encontraron que al menos ⅓ de las especies estudiadas (es decir, 28 de 81 especies) consumieron mejillón dorado y ⅛ lo hicieron de forma frecuente y abundante.

Por otra parte, se demostró que los peces son capaces de reducir la presencia de mejillones en las aguas uruguayas. Es decir que demostraron que tienen el potencial de moderar las poblaciones de este invasor, asegura el estudio. Y concluye que “estos trabajos destacan la necesidad de preservar las comunidades de peces nativos, particularmente en América del Sur, donde muchas especies migratorias vulnerables son depredadores clave para mantener la biodiversidad de los ecosistemas de agua dulce”.

Esto es importante porque sería un caso particular de una especie exótica invasora que puede ser regulada por especies locales, un fenómeno que no es del todo común en el medio ambiente.


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