Qué es el tecnoestrés y cómo manejar los riesgos físicos y emocionales que genera la tecnología

Un abuso de la tecnología puede llevar al sedentarismo y la mala alimentación, un combo letal.

No quedan dudas de que la irrupción de las nuevas tecnologías cambió nuestras vidas. Hoy la tecnología permea nuestros trabajos, nuestros vínculos, la manera en la que nos comunicamos, la manera en la que nos expresamos y mucho más.

Pero la tecnología y el uso que hacemos de ella también tiene un impacto sobre nuestra salud física y mental. A estos nuevos riesgos que surgen con el uso de tecnologías se les llama “riesgos emergentes”.

¿De qué hablamos cuando hablamos de “riesgos emergentes”? De aquellos que se generan por la elevada exposición a computadores, tabletas y teléfonos inteligentes.

Muchas veces nuestras interacciones con estos dispositivos nos generan estrés negativo y según algunos artículos en revistas científicas algunos especialistas llaman a esto “tecnoestrés”.

Vamos a repasar algunos otros riesgos emergentes que aparecieron en el último tiempo con conceptos que ya figuraron en revistas científicas.

Investigar el impacto que las nuevas tecnologías tienen sobre la vida humana es un trabajo diario para quienes estudian estos temas. En el último tiempo, algunos investigadores le pusieron nombre a un puñado de los riesgos que implica interactuar con estas tecnologías que llevamos a todas partes. Vamos a repasarlos.

Vamping: el término 'vamping' refiere el hábito de hacer un uso excesivo de los aparatos electrónicos como el celular, la computadora, la tableta o la consola de videojuegos justo antes de dormir. Es una palabra recogida del inglés que comenzó a utilizarse en 2016, asociada a la conexión a redes sociales durante la madrugada como si la persona fuera un vampiro.

Phubbing: se trata del acto de ignorar a una persona y al propio entorno por concentrarse o darle prioridad a la tecnología móvil. Este término apareció en el año 2009 y en español podría traducirse como “ningufoneo”, un acrónimo entre ninguneo y teléfono.

Smombie: se trata de un concepto que mezcla a las palabras smartphone y zombie. Fue acuñado en un artículo publicado en 2020 y hace referencia a la práctica de caminar usando el celular, lo que implica riesgos tanto para el propio peatón como para los conductores.

Nomofobia: es la necesidad de permanecer conectado constantemente y la fobia a perderse los contenidos que otros comparten en redes sociales mientras vos no estás navegando en ellas.

Text-Neck: es el conjunto de dolencias en la zona cervical derivadas de estar constantemente mirando el teléfono en posturas incorrectas, como mirando hacia abajo.

A estas nuevas dolencias se le agrega una suma de otros factores que también comprometen la salud.

Un abuso de la tecnología puede llevar al sedentarismo y la mala alimentación, un combo letal.

Pero no todo está perdido, los expertos creen que algunos cambios en nuestros hábitos pueden hacer la diferencia.

Ningún usuario de la tecnología está a salvo del tecnoestrés. Sin embargo, según detalló un artículo publicado en la revista The Conversation, hay algunas precauciones y medidas que todos pueden tomar para evitar terminar envueltos en el estrés negativo que puede generar la interacción con internet.

Identificar las fuentes que generan estrés: saber qué nos produce estrés es el primer paso para poder tomar alguna medida de prevención. Para algunos la fuente de estrés o ansiedad serán las redes sociales, para otros la necesidad de estar siempre pendiente del teléfono. La clave es detectarlo.

Ser consciente de qué actividades nos liberan del estrés: esto también es importante, dicen los especialistas, porque ayuda a enfocarse en esas tareas cuando estamos estresados. Son como pequeñas válvulas de escape que pueden ayudarte a mejorar tu bienestar. Deporte, cultura, familia y amistades suelen ser las más recurrentes.

Practicar la desconexión digital: la hiperconexión que vivimos genera dependencia. Es por eso que debemos ser capaces de buscar alivios en la sobrecarga de información. Una buena manera de empezar es limitando tu tiempo con el teléfono, por ejemplo dejarlo de lado cada noche una hora antes de irse a dormir.

Buscar la activación física y también apoyos y contención, y aprender técnicas de autocontrol y de distinción de lo verdaderamente importante son algunas otras recomendaciones cuando sentimos que la tecnología nos sobrepasa.


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