Rosetta: el proyecto que rescata del olvido a 1.500 idiomas guardados en un disco de níquel

En el disco está grabado un texto escrito en 1.500 idiomas diferentes en un tamaño 1.000 veces más pequeño que el de las letras de un libro estándar.

El 15 de julio de 1799 un destacamento militar francés capitaneado por Napoleón Bonaparte encontró una piedra que cambió para siempre el vínculo entre la Humanidad y su pasado.

Esta piedra granítica de varias toneladas fue bautizada como piedra Rosetta y resultó ser un elemento clave para descifrar los jeroglíficos egipcios. La lengua de los egipcios había desaparecido 1.000 años antes de la aparición de la piedra y hasta entonces nadie en el nuevo mundo occidental había podido entender cómo funcionaba. Pero este hallazgo arqueológico -que hoy es la principal atracción del Museo Británico-, sumado a 20 años de estudios por parte de los mejores académicos de Europa, lograron destrabar los mecanismos de comunicación de uno de los imperios más relevantes de la historia universal.

Esa es la piedra Rosetta original. Pero hoy, 200 años después de esta carrera lingüística, un disco de níquel también lleva el nombre de Rosetta en honor al descubrimiento francés.

El proyecto Rosetta del siglo XXI es un plan de la ONG Long Now Foundation que aspira a recopilar todas aquellas lenguas en peligro de extinción y preservar sus reglas y su gramática para que nunca más corramos el riesgo de perderlas y olvidarlas, como casi pasó con los jeroglíficos egipcios.

El proyecto consiste en la confección de un disco de níquel de 8 centímetros de diámetro. En él está grabado un texto escrito en 1.500 idiomas diferentes en un tamaño 1.000 veces más pequeño que el de las letras de un libro estándar. Se estima que, desplegado en su totalidad, hay 13.000 páginas registradas.

Cada idioma viene acompañado de sus reglas gramaticales, descripciones de los sonidos, estructuras de composición y vocabulario básico.

La idea de generar este disco en un formato analógico es para que pueda resistir durante miles de años al agua, las altas temperaturas y la radiación electromagnética. No se realizó en un formato digital, lo que sería mucho más sencillo, porque muchas veces los viejos formatos son incompatibles con las nuevas tecnologías. Para leer el disco Rosetta solo hace falta usar un microscopio.

Si bien el proyecto se sigue actualizando, ya existen varias copias del disco a lo largo del mundo e incluso una de ellas fue enviada al espacio. El grabado del disco se puede recorrer en una versión interactiva alojada en el sitio web del proyecto: rosettaproject.org.


Las Más Vistas