Se trata de una de las grandes obras maestras que conmovió al mundo entero.
El próximo domingo 27 se conmemoran 74 años del aquel día de 1945 cuando el ejercito soviético se encontró un campo alambrado donde había 7.500 prisioneros judíos y más de 600 cadáveres de todas las edades. Era Auschwitz, el mayor centro de exterminio de los nazis durante la segunda Guerra Mundial y emblema del Holocausto judío.
Es por eso que esta semana, en varios países del mundo, a 25 años de su estreno global se exhibe la cinta que Steven Spielberg (18 veces nominado al Oscar) filmara en paralelo a Jurassic Park, y llevara el genocidio a la gran pantalla como nadie antes, la Lista de Schindler.
La cinta, cruda y conmovedora fue exhibida por primera vez en EEUU el 15 de diciembre de 1993, y se quedó con siete estatuillas del Oscar, entre ellas Mejor película, director y guión adaptado.
Shoah (1985) de Claude Lanzmann y El diario de Ana Frank (1959) son dos de sus antecedentes pero el impacto de la cinta de Spielberg es inigualable.
Esta reposición en pantalla grande será una edición especial en blu-ray con restauración en 4K, una imponente resolución de pantalla aún mayor que el full HD. Pero que además, incluye un documental con sobrevivientes del Holocausto y la reunión de Steven Spielberg con el elenco en el Festival de Tribeca en mayo pasado.
A tan solo 50 kilómetros al este de Auschwitz está Cracovia, la ciudad donde se emplazó el campo de concentración de Plaszów, donde los nazis exterminaron cerca de nueve mil polaco-judíos. Hubo, sin embargo, 1.100 del ghetto de Cracovia que se salvaron, los trabajadores de la fábrica de Oskar Schindler, un alemán nacido con carnet del Partido Nazi y fama de mujeriego.
Para su película, Steven Spielberg convocó a dos actores en ese momento muy poco conocidos: Liam Neeson que encarnó a Schindler (un papel que se especuló entonces pudo haber terminado en manos de Tom Hanks o Kevin Kostner) y
Ralph Fiennes como el bestial oficial austríaco Amon Goeth, quien solía practicar al tiro desde el balcón con los prisioneros como blancos vivos. Para el personaje del contador judío Itzhak Stern, el realizador escogió a Ben Kingsley.
El largometraje, preciso y riguroso en su adaptación se mantiene no solo como una de las historias más impactantes sobre el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, sino como una absoluta película de culto en la historia del cine.
Con esta cinta, Spielberg se graduó de “cineasta serio” tras haber probado con Tiburón, Encuentros cercanos del 3er tipo, o ET, o la saga de Indiana Jones que como rey de la aventura y la ciencia ficción era imbatible.
La cinta dura 3.15 y es apta para mayores de 12 años.
