Lucía Brocal explica el fenómeno musical y empresarial más reciente.
Hace más de tres años que el género de la “Cumbia Pop” es un éxito comercial. Grupos de amigos pasaron a ser marcas, celebridades en redes sociales y figuras en la música local e internacional.
Agapornis, la banda argentina, comenzó tocando en los terceros tiempos de su club para entretener. Sorprendieron en el 2012 con un disco de versiones en cumbia de éxitos de los años ’80 y de la actualidad como Adele, Soda Stereo y creaciones propias.
En Uruguay, los grupos de clase media y alta adoptaron su propio estilo en el afán de la diversión. Rombai, Márama y #TocoParaVos se insertaron en radios, boliches y toques de la región.
Fernando Vázquez es el productor y creador de algunos de estos conjuntos, creando un negocio de jóvenes para jóvenes.
La mayoría de sus canciones tratan de amores de verano, diversión y fiestas.
En los perfiles de estas bandas se distingue que apuntan a jóvenes entre 20 y 25 años, de clase media y alta y están compuestos de un manager, productor, músicos y utileros.
Sobre su rentabilidad, estas bandas recaudan mediante shows en boliches o eventos privados, propiedad intelectual, plataformas digitales y publicidades.
