San Pablo se coronó campeón porque los futbolistas de Tigre se negaron a jugar el segundo tiempo ya que fueron agredidos y amenazados con armas.
La Copa Sudamericana finalizó de la peor forma posible. Los futbolistas de Tigre se negaron a jugar la segunda mitad ya que fueron agredidos por la seguridad de San Pablo cuando estaban ingresando al vestuario en el entretiempo.
El jefe de seguridad de Tigre, Rubén Pasquini, denunció que Albil fue amenazado con un arma en el pecho por la seguridad de San Pablo y también golpeado por la policía.
Pasquini agregó que los responsables de los incidentes “fueron la seguridad de San Pablo. Nos emboscaron a la entrada del vestuario. A todo lo que se movía le pegaban".
El juez del encuentro dio por terminado el partido, luego de esperar la entrada de Tigre por más de 15 minutos.
De acuerdo al reglamento, el equipo brasileño resultó ganador porque Tigre se retiró.
