Pablo Cuevas debutó con una gran victoria en París y anunció: "Es muy probable que sea mi último Roland Garros"

El uruguayo se impuso al estadounidense Jenson Brooksby, favorito número 31, en sets corridos. En segunda ronda jugará frente al esloveno Aljaz Bedene y en tercera podría enfrentar a Djokovic.

El debut más placentero del uruguayo Pablo Cuevas en Roland Garros llegó en el que puede ser su último año en la arcilla de París, de la que, si sigue su programa, se despedirá en esta edición.

El veterano tenista, de 36 años, se impuso al estadounidense Jenson Brooksby, favorito 31, 6-2, 6-1 y 6-2 en 1 hora y 32 minutos y jugará por un puesto en tercera ronda frente al esloveno Aljaz Bedene, verdugo del australiano Christopher O'Connell, invitado por los organizadores, por 6-2, 6-4, 6-7(5) y 6-1.

Cuevas se sintió muy satisfecho con su juego. "Hacía mucho que no me sentía jugando de esa manera, en el aspecto mental como de tenis. Jugué tranquilo y a la vez agresivo. No había jugado nunca contra él pero había visto vídeos y vi que era sólido que cometía pocos errores y para desbordarlo había que ser agresivo. Venía jugando intermitente, pero aquí pude sostener el nivel de principio a fin", dijo a Efe tras el encuentro.

El uruguayo reconoció que Roland Garros es su torneo favorito, lo que le conecta más con el juego. "Tienes todos los sentidos más atentos, fue lo que hice, traté de no estar pendiente de lo que estaba haciendo mal, sino de lo que estoy haciendo bien. Sabía que sería largo, que tendría ritmo y si fallaba me iba a dejar volver. Estaba positivo de que si las cosas no iban bien, las cosas iban a cambiar", aseguró.

En cuatro ocasiones se ha quedado Cuevas a las puertas de los octavos de final de París, el que reconoce que es su torneo favorito, pero donde tiene una espina clavada por no haber podido alcanzar nunca la segunda semana.

"Es el Gran Slam donde tuve más oportunidades. Tengo la espina de no haber podido llegar a una segunda semana, he tenido opciones pero me ha tocado con rivales difíciles, no se dio. Este es el año que no vengo tan bien preparado como otros, pero uno se sorprende. Ahora toca disfrutar", indicó.

El uruguayo no se hace muchas ilusiones. Considera accesible a su próximo rival, al que ya venció en 2018 en este mismo escenario, pero el siguiente, si todo va normal, sería el serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo y defensor del título.

Tratará de usar su experiencia para disfrutar, su principal arma frente a jugadores más jóvenes que le rodean, pero sabe que su futuro en el circuito ya no es muy largo.

"Es muy probable que sea el último Roland Garros, a menos que pasen cosas que cambien mucho mi forma de pensar. Quiero disfrutarlo y cuando me toque irme haberlo hecho de la mejor manera", asegura.

Ni siquiera hacer una gran actuación en París parece que le vaya a hacer modificar sus planes, aunque asegura que "la puerta no está cerrada".

"Hice grandes esfuerzos para conseguir mi mejor nivel, pero cuando eres sudamericano y te pasas tantos meses viajando es difícil.. Tengo dos hijas de 7 y 4, que disfrutan cuando vienen conmigo, pero sufren cuando no y ya van al colegio", afirmó.

"Tuve etapas que tenía bien claro mi objetivo, que era jugar al tenis y no había otra opción. Pero ahora me tira más esa segunda etapa de la vida. Voy a disfrutar más de otras cosas que de lo que hice tanto tiempo. Sentirse competitivo requiere mucho esfuerzo y no tengo las mismas ganas que tenía antes", dijo.

EFE


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