Bajo presión, Trump intenta desviar la atención hacia Clinton

El presidente de Estados Unidos ha decidido volver a la carga contra su exrival demócrata Hillary Clinton, alegando que puede ser procesada.

"¡Enciérrenla!". La frase, junto al "vamos a construir el muro", fue una de las consignas más populares durante la campaña de Donald Trump a la Casa Blanca. Y parece seguir vigente.

El muro en la frontera con México aún no se levanta y el ahora presidente de Estados Unidos ha decidido volver a la carga contra su exrival demócrata Hillary Clinton, alegando que puede ser procesada.

La iniciativa ha generado vivas críticas, con acusaciones al mandatario republicano de tratar de desviar la atención del escándalo en el que está metido por la supuesta colusión de su equipo de campaña con funcionarios rusos, que compromete a su gobierno y cada vez más involucra a su círculo más cercano.

"El señor Trump está claramente frustrado porque la historia de connivencia con Rusia haya llegado a su propia familia", señaló el Wall Street Journal. "Pero la frustración ahora ha tomado un tono más sombrío".

Su sugerencia de que el "secretario de Justicia (Jeff Sessions) debería procesar a su derrotada oponente es el tipo de comentario político crudo que se puede esperar de Erdogan en Turquía o de Duterte en Filipinas", continuó el diario, refiriéndose a los presidentes de esos países, conocidos por su perfil autoritario.

Trump acusó esta semana en Twitter a Sessions -uno de sus primeros seguidores, pero tal vez ahora en vías de dejar del gobierno- de haber salvado a Clinton.

Sessions ha tomado una postura "muy débil" con relación a los "crímenes" de Clinton", señaló Trump el martes, al sugerir que debería abrirse una nueva investigación sobre su uso del servidor de correo electrónico privado cuando era secretaria de Estado de Barack Obama.

Trump ha expresado además su molestia con Sessions por su decisión de recusarse de la investigación que lleva adelante el FBI sobre supuestas complicidades entre la campaña Trump y Rusia.

El presidente ha dicho que la pesquisa que lidera un fiscal especial, el exdirector del FBI, Robert Mueller, es una "cacería de brujas" y se preguntó por qué los medios y los investigadores no han destinado recursos equivalentes para averiguar sobre los presuntos delitos de Clinton.

- "Un nuevo par de ojos" -

Varios miembros del Partido Republicano han defendido a Sessions y denunciado el intento presidencial de ir contra la ex primera dama estadounidense.

"Las decisiones de la Fiscalía deben basarse en la aplicación de hechos a la ley sin indicios de motivación política", señaló el senador Lindsey Graham.

"Hacer lo contrario es huir de la larga tradición estadounidense de separar la ley de la política, independientemente del partido".

Para Richard Painter, principal abogado sobre ética del gobierno de George W. Bush, la presión sobre Sessions "para procesar a la persona que perdió la elección es un delito pasible de destitución si valoramos elecciones libres".

El exdirector del FBI James Comey, a quien Trump despidió en mayo por el affaire ruso, dijo en julio de 2016 que Clinton pudo haberse descuidado con el uso de su correo electrónico, pero no cometió ningún delito.

Pero ante las nuevas presiones, Trump renovó la arremetida estos días, a pesar de haberle dicho meses atrás al New York Times que no buscaba hacerle daño a los Clinton.

Es improbable que Sessions, exsenador de Alabama y uno de los tempranos defensores de Trump, se involucre en una investigación así de seguir en el puesto.

Durante su audición de confirmación en el Senado en enero, había dicho que Estados Unidos es un país que "no castiga a sus enemigos políticos".

El renovado interés del presidente en su otrora rival captó la atención de Tom Fitton, presidente de Judicial Watch, una fundación conservadora que vigila el cumplimiento de la ley.

"Nadie está a la caza de los Clinton en sí, pero el pueblo estadounidense quiere asegurarse de que haya una investigación franca del Departamento de Justicia y el FBI", dijo Fitton a Fox Business.

Trump tiene derecho a pedir "un nuevo par de ojos" que revisen el tema, enfatizó.

(AFP)


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