Gobierno británico respaldó informe que acusa a Putin de ordenar la muerte del exespía Litvinenko

Ocurrió en 2006, cuando bebió té mezclado con material radiactivo. El Reino Unido puede tener una crisis diplomática con Moscú.

El gobierno británico respaldó el informe explosivo publicado este jueves relativo a la muerte del exespía ruso Alexander Litvinenko, en que se afirma que el presidente de ese país, Vladimir Putin, "probablemente" ordenó su asesinato. Litvinenko falleció al beber un té que tenía material radiactivo mezclado.

"El gobierno tiene claro que debemos proteger al Reino Unido de las amenazas de Rusia, trabajando estrechamente con nuestros aliados de la Unión Europea y de la OTAN", declaró Theresa May, ministra del Interior británica, quien agregó que contactó a sus pares en esos bloques para alertarlos sobre la importancia del informe.

May también anunció que se congelarán los activos de los dos sospechosos de ejecutar el asesinato de Litvinenko. La jerarca consideró a los hechos como una violación del derecho internacional.


La investigación pública sobre la muerte por envenenamiento de Litvinenko fue presentada en la mañana de este jueves en Londres. Las conclusiones colocan al gobierno del primer ministro David Cameron ante la posibilidad de un conflicto diplomático serio con la Rusia de Putin. El exespía, muerto en la capital inglesa, había adquirido la nacionalidad de ese país poco antes de morir.

El juez que preside la investigación, Robert Owen, dijo que llegó a la conclusión de que la operación del Servicio Federal Ruso, exKGB, fue probablemente aprobada por el entonces líder del organismo y por el presidente Putin.

Litvinenko trabajaba para los servicios de inteligencia británicos y españoles antes de morir, proporcionando información sobre las mafias rusas. Se reunió con dos agentes en el Millenium Hotel de Londres, y allí fue envenenado. Murió 21 días después sin que los médicos pudieran determinar el origen de su enfermedad.


La viuda de Litvinenko leyó este jueves un discurso en que exigió represalias y sanciones económicas contra Rusia al gobierno de Cameron. En la puerta de los juzgados de Londres, Marina Litvinenko pidió que se expulsara del país a todos los agentes de inteligencia rusos, tuvieran o no algo que ver con la muerte de su marido.

La Interpol emitió órdenes internacionales de detención contra los dos sospechosos.

 


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