Incertidumbres en el Parlamento provocaron manifestaciones en Brasil

Diputado que había anulado el proceso contra Dilma revirtió su propia decisión y fue acusado de "desequilibrado".

En otro capítulo insólito de la gravísima crisis política que vive Brasil, el presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao, el mismo que el lunes mantuvo al país en vilo al anular el proceso de juicio político contra Dilma Rousseff, cambió de opinión y a la medianoche revocó su propia decisión. De todas maneras, su medida original ya había sido rechazada por Renan Calheiros, presidente del Senado, en la tarde.

En una sesión agitada en la que determinó que el procedimiento siguiera su curso y se vote este miércoles en la cámara alta, Calheiros se vio increpado por legisladores del oficialismo, a los que tuvo que pedirles: "¡No griten!".

Después de una jornada intensa repleta de incertidumbres y presionado por la cúpula de su Partido Progresista, que amenazó con echarlo, Maranhao divulgó a última hora del lunes su última resolución. La marcha atrás volvió a confundir tanto a oficialistas como a sus opositores, que ya habían pensado en llevar el caso al Supremo Tribunal Federal.

Algunos diputados calificaron incluso a Maranhao de "persona desequilibrada". Pauderney Avelino lo calificó de "títere".

Maranhao tomó la presidencia de la cámara baja luego de que Eduardo Cunha, archirrival de Rousseff y principal impulsor del proyecto de impeachment, fuera suspendido de su cargo por la Justicia.


El inminente juicio contra la presidente, que se habilitará con la votación de este miércoles en el Senado si no sucede otro evento extraño, fue analizado por el Supremo Tribunal, la Organización de Estados Americanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El titular de la Justicia, Ricardo Lewandowski, afirmó que ambas cámaras del Legislativo han observado las normas para este tipo de juicio político, algo que la defensa de Rousseff había rechazado y sobre cuya base había pedido la anulación del proceso.

Lewandowski recibió en Brasilia al secretario de la OEA y excanciller uruguayo Luis Almagro y al jurista brasileño Roberto Caldas, presidente de la Corte Interamericana de DDHH. Almagro y Caldas manifestaron preocupación ante la crisis brasileña.


La jornada del lunes con marchas y contramarchas en el congreso provocó manifestaciones en las calles de San Pablo contra el proceso en contra de Rousseff; en Brasilia, mientras tanto, en los alrededores del Congreso se juntaron protestas a favor y en contra del proceso.

En la madrugada del martes, militantes de grupos progobierno como el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra y del Movimiento de Trabajadores Sin Techo lanzaron una ofensiva con bloqueos de calles en al menos una decena de los 27 estados brasileños y prometieron recrudecer su actividad si se sigue adelante con el juicio.


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