Esta es una de las muchas historias de vida que el Mercado Modelo encierra en sus paredes. Hoy Antonio, a los 86 años, sigue yendo al Mercado a regentear su empresa.
Escuchando lo que ganaban los denominados lechuzas, don Antonio decidió un día emprender su propio camino vendiendo frutas y verduras al detalle.
De a poco se ganó la confianza de los quinteros que le dejaban sus productos para vender.
Después se compró un carro y un caballo y vendió casa por casa en la zona de Villa Española, luego compró un camión e hizo feria.
Hoy tiene una empresa junto a su hijo y un viejo empleado de confianza.
Aunque reconoce que le debe mucho al viejo mercado, está contento por la nueva obra.
Antonio, junto a su esposa Dora Ferrari, crió a sus tres hijos siempre trabajando en el Mercado Modelo.
Ahora disfruta de sus cinco nietos y además sigue yendo al mercado a regentear.
