La tabacalera había interpuesto un recurso de amparo pero este fue revocado.
En agosto el presidente Vázquez decretó el empaquetado genérico de los cigarrillos a partir de febrero de 2019 con cajillas marrones sin distintivos de marca y con un 80 % de la superficie del paquete con advertencias sanitarias.
El presidente hizo el decreto por la demora del Parlamento en tratar un proyecto de ley que el ejecutivo envió en 2017 para aplicar esta norma.
La British American Tobacco interpuso un recurso de amparo por entender que no le da el plazo para cumplir la norma y por consiguiente la empresa debería retirarse del mercado.
La empresa argumentó que los derechos fundamentales como la propiedad y la libertad de comercio solo pueden limitarse por ley y no por decreto.
Un juez de lo Contencioso hizo lugar a la demanda pero luego un tribunal revocó la decisión por lo que el decreto sigue firme.
Desde la British American Tobacco, se respondió a Telemundo con un comunicado:
“Nos preocupa sobremanera que, contra los principios básicos de un Estado de Derecho, se limiten derechos fundamentales mediante un simple Decreto, en materias que la Constitución reservó expresamente a ley dictada por el Parlamento. Hoy ha sido nuestra industria la afectada -y los consumidores, por cierto-, pero mañana podrían ser otras categorías si esto no se detiene y revierte a tiempo.
Estamos de acuerdo con la regulación, siempre que esta sea racional, proporcional y atienda al contexto socioeconómico del país en donde se ejerzan. El empaquetado genérico es una medida expropiatoria, desproporcionada e ineficaz para reducir los niveles de tabaquismo.
Países como Australia, el Reino Unido y Francia, que han implementado este modelo, han comprobado que el tabaquismo no disminuyó, sino que el consumo de tabaco se trasladó a los productos de contrabando, que no cuentan con empaquetado genérico, son más baratos y no cumplen con regulación sanitaria alguna.
Con esto, se termina beneficiando al crimen organizado y perjudicando a la industria formal y a los consumidores, quienes, finalmente, no saben qué están fumando”.
