La percepción de urgencia de las diferentes reformas es algo diferente según el lugar de residencia.
En estos últimos meses el gobierno nacional ha planteado la necesidad de realizar reformas en varios ámbitos de la administración, en particular en la seguridad social, la educación, el sistema penal y también la reforma del Estado. No es el primer gobierno en señalar la importancia de realizar cambios profundos en esas áreas. En los gobiernos anteriores ya se han aprobado leyes tendientes a modificar aspectos del sistema penal y de la seguridad social, y el Plan Ceibal también tenía como objetivo brindar herramientas para una educación más actualizada. Más allá de la evaluación que se haga de cada reforma, la población siente que hacen falta más cambios.
Lo primero que llama la atención es la cantidad de gente que tiene opinión sobre todas las reformas. Nueve de cada 10 o más opinan, y la enorme mayoría de todos los que opinan piensan que hay que reformar las cuatro áreas por las que se preguntó. Lo único que varía es la urgencia percibida para concretar cambios. Lo más urgente, según coincide el 56% de los encuestados, es la reforma de la educación. En un segundo escalón, muy cerca una de otra, están la reforma del sistema penal y de la seguridad social. En cambio, la reforma del Estado, si bien es necesaria para una amplia mayoría, sólo es considerada urgente por uno de cada cinco.
La percepción de urgencia de las diferentes reformas es algo diferente según el lugar de residencia. Tienden a estar más urgidos los montevideanos que los residentes del interior, en particular respecto a la necesidad de cambiar la educación, pero las diferencias no son muy grandes.
Como en tantos temas vinculados a la política, se podría pensar que la visión sobre la urgencia de los cambios es diferente entre los votantes de la Coalición que entre los de la oposición. La “camiseta política” haría que unos quieran cambios y los otros no. Sin embargo, amplias mayorías en los dos grupos consideran que es necesario hacer reformas en las cuatro áreas por las que se preguntó. La única diferencia es en la proporción que considera urgentes los cambios. En el caso de la educación, la mayoría absoluta tanto de votantes de la Coalición como del Frente Amplio piensa que es urgente reformarla, aunque el consenso es aún más grande en la Coalición. Respecto a la reforma del sistema penal, la mitad de ambos grupos quiere una reforma ya. Donde hay más discrepancias respecto a los tiempos es en el caso de la seguridad social, donde más de la mitad de la Coalición --pero sólo el 38% de los frenteamplistas-- consideran que es urgente reformarla.
Si el gobierno y el Parlamento se guían por lo que demanda la población, la reforma de la educación, del sistema penal y de la seguridad social deberían implementarse cuanto antes. En esto hay consenso entre los votantes de “las dos mitades”, tanto las “mitades” político partidarias como las “mitades” capital e interior. Con este nivel de apoyo, a los líderes políticos no les debería quedar ninguna duda sobre qué hacer. La urgencia es aún mayor entre los votantes del oficialismo, que perciben que la ventana para implementar las reformas que esperan es cada vez más chica.
Pero claro, la coincidencia sobre la urgencia de reformar no significa que haya coincidencia sobre cuáles cambios realizar ni cómo hacerlo. Seguramente los distintos ciudadanos están pensando en distintos tipos de reformas en las cuatro áreas analizadas. Y aquí es donde otra vez se vuelve necesario el funcionamiento del sistema político, para que se logren alcanzar acuerdos, que nunca dejarán completamente satisfechos a todos, pero que serán los cambios posibles.
Esta nota presenta los resultados de una encuesta nacional telefónica (a teléfonos fijos y celulares) de CIFRA en todo el país: 806 entrevistados entre los días 17 y 25 de mayo de 2022.
