Dijo que le llamaría la atención que por primera vez la Corte acepte revisar un caso que ya votó las instancias de apelación.
El abogado de oficio entrevistó a la niña, analizó la prueba y tuvo en cuenta la pericia de la Dr. Nin del Instituto Técnico Forense. "Manifestó que se veían algunos síntomas de violencia doméstica sufrida por la señora y síntomas de haber sido testigos de esa violencia por parte de los niños, pero no había una cuestión referida a abuso sexual", dijo Walter Pristch, abogado de la niña.
Sobre el hecho de que la niña realizó dibujos que incluían penes, respondió: "a mí me sorprende, pero no sé si ese tipo de dibujos son espontáneos o inducidos, sinceramente no lo sé".
El abogado asegura que no notó reacciones negativas de la niña respecto a su padre. "Habló normalmente conmigo durante cinco minutos. Cuando insistí en preguntarle cosas referidas a si quería volver a España y estar con el padre, la niña directamente no me contestaba. Quedó bloqueada con el tema. Eso puede ser un indicio de algo que pasa por su cabeza o pueda estar mareada por todo lo que tiene alrededor", manifestó el defensor.
El abogado reveló que el año pasado los padres de la niña habían firmado un convenio para el retorno de madre y niña a España. "La madre aceptaba ser restituida, se fijaba una pensión alimenticia de 700 euros y el padre intimaba en el convenio a que apenas llegara a España lo denunciara por todo lo que tuviera que denunciarlo en diez días. Eso fue por setiembre del 2016", agregó.
Dijo que si bien el convenio fue firmado, estaba sujeto a que la jurisdicción española aceptara las condiciones del convenio. "España se sintió invadida y demoró en contestar si aceptaba, y al final no lo aceptó", relató.
El Dr. Pritsch indicó que no se puede invocar el año y medio que hace que la niña está en Uruguay para impedir que regrese a España. "No podemos utilizar como excusa que pasó mucho tiempo porque en realidad eso favorece a que no se cumpla la ley", finalizó.
