El Secretariado del Frente Amplio declaró que la decisión del gobierno electo “contradice” la “no ideologización de las relaciones diplomáticas” que asumió Lacalle como un compromiso en política exterior.
Agrega que “sienta un pernicioso precedente” respecto a la “soberanía de las naciones”, y “expone a Uruguay a eventuales consecuencias” en su relacionamiento con Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El gobierno electo considera que los gobiernos de dichos países “no son democracias plenas”, y sus jefes de estado no fueron invitados a la ceremonia de transmisión de mando, del 1 de marzo.