El poema de Mauricio Rosencof a Eleuterio Fernández Huidobro

El escritor dijo que Huidobro fue un hermano y recordó los años que compartieron en los calabozos.

Mauricio Rosencof despidió a su compañero Eleuterio Fernández Huidobro con un poema. Dijo que fue un hermano y recordó los años que compartieron en calabozos:

Con el Ñato tenemos una vida juntos. Somos hermanos de sangre. Es un ser humano que supo jugarse la camiseta, la piel, por aquello de que los más infelices sean los más privilegiados. Estuvimos con él y con el Pepe once años y medio en un pozo donde para respirar había que hacer solicitudes, así que mirá de dónde le vino el EPOC.

Estando los tres en los fosos en los calabozos subterráneos en Paso de los Toros, habíamos abierto una ventanita a la vida comunicándonos a través del muro a golpe de nudillos, reinventando el morse. Ahí nos contamos la vida, la infancia, las novias, las que no tuvimos, todo. Una vuelta me dice que calcula que por los días al día siguiente cumplía años. No iba a visitarlo ni la hija, ni la mujer, que estaba presa en Punta de Rieles, ni la madre, que estaba viejita y no había visitas a voluntad. Entonces a la mañana siguiente dejé algo. Escribí a golpe de nudillos y le dejé este verso: "y si este fuera mi último poema, insumiso y triste, raído pero entero, tan solo una palabra escribiría: compañero".


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