En el inicio del "retiro de presidentes", Lula reivindicó el rol de la Unasur y criticó: "Dejamos que la ideología nos divida"

Uruguay se fue en 2020 cuando Luis Lacalle Pou asumió la Presidencia.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, encabeza este martes la cumbre que recibe en Brasilia a todos los mandatarios de Sudamérica, excepto la presidenta peruana, Dina Boluarte.

Los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela se dan cita en Brasilia, en una cumbre regional en la que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, fue el primero en llegar tras ocho años sin visitar el país.

“Con gran alegría recibo a mis amigos presidentes sudamericanos. Realmente aprecio el esfuerzo que hicieron para estar aquí. Lo que nos une hoy es el sentido de urgencia con nuestra región”, comenzó diciendo Lula. “Una América del Sur fuerte, segura y políticamente organizada amplía las posibilidades de afirmar, a nivel internacional, una verdadera identidad latinoamericana y caribeña”, agregó.

“Los elementos que nos unen están por encima de las diferencias ideológicas. Desde la Patagonia y Atacama hasta la Amazonía, desde el Cerrado y los Andes hasta el Caribe, somos un vasto continente bañado por dos océanos”, señaló Lula, y agregó: “Las recientes elecciones en Colombia, Chile, Bolivia, Brasil y Paraguay demostraron el vigor de la democracia en nuestra región, en papeletas marcadas por una expresiva participación popular y una amplia libertad de expresión”.

Sobre el final de su discurso, el presidente brasileño se refirió a uno de los temas que se sabía estaría sobre la mesa: la posibilidad de trabajar para reflotar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), un organismo del que Uruguay se fue en 2020 cuando Luis Lacalle Pou asumió la Presidencia.

“Entre las muchas cosas que aprendí en política es que el mandato presidencial es mucho más corto de lo que parece. No tenemos tiempo que perder. América del Sur tiene ante sí, una vez más, la oportunidad de transitar el camino de la unidad. Y no tienes que empezar de cero. UNASUR es un bien colectivo”, dijo Lula.

En defensa de la Unasur, Lula afirmó que "por más de 10 años", ese organismo permitió que los países se conocieran mejor y "consolidaran lazos por medio del diálogo político, que acomodaba las diferencias y permitía identificar un rumbo común". "La Unasur fue efectiva como forma de resolver las controversias entre países de la región", apuntó.

Sin embargo, el presidente brasileño apuntó contra su antecesor, Jair Bolsonaro, y su política internacional. "Infelizmente, ese avance (de la integración) fue interrumpido en los últimos años. Un gobierno negacionista en Brasil atentó contra los intereses de su población y rompió con los principios de la política exterior", afirmó, y consideró: "En la región, dejamos que la ideología nos divida e interrumpidos el esfuerzo de la integración. Abandonamos canales de diálogo y mecanismos de cooperación, y con eso todos perdemos".

“Mientras estemos desunidos, no lograremos hacer de América del Sur un continente desarrollado en todo su potencial. La integración debe ser un objetivo permanente para todos nosotros. Necesitamos dejar raíces fuertes para las próximas generaciones”, concluyó.

Es precisamente el planteo de volver a apostar a la Unasur el que Uruguay pretenderá que no se incluya en la declaración final y que, en teoría, será firmada por todos los mandatarios.

Brasil envió a todos los países esa propuesta de declaración final con nueve puntos; el presidente Lacalle Pou plantea eliminar tres y modificar otros, informó este martes el diario El País.

Para el documento que se denominará “Consenso de Brasilia”, Uruguay elimina en el punto uno la propuesta de Brasil de generar una “integración de Sudamérica”, y plantea en cambio hablar de “integración de la región”.

En el segundo punto, Uruguay suprime menciones sobre la diversidad de los pueblos, la defensa de la soberanía y la no interferencia, y los sustituye por un compromiso con “los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, la Carta Democrática Interamericana, el desarrollo sostenible y la justicia social”.

La propuesta de declaración uruguaya omite entre sus metas el combate a la “discriminación”, “la promoción de la igualdad de género”, y “la gestión ordenada, segura y regular de migraciones”, y en cambio incluye el combate “a la pobreza, al hambre” o “todas las formas de desigualdad”.

Mientras Brasil apunta a la eventual creación de un “Área de Libre Comercio Sudamericana”, Uruguay solo menciona una “Zona de Libre Comercio”.

La propuesta del presidente Lacalle Pou elimina completamente el punto donde se reconoce “la contribución de los distintos mecanismos de integración sudamericana, incluso Unasur”, y se reafirma el objetivo de tener “una plataforma sudamericana”, para “impulsar y sustentar el proceso de integración de América del Sur” y “proyectar la voz de la región en el mundo multipolar”.

“Un retiro de presidentes”

La reunión se da por iniciativa de Lula y fue presentada como un "retiro" para reactivar la integración de una región con quiebres ideológicos y crisis internas.

El evento tiene lugar principalmente en el Palacio de Itamaraty, joya arquitectónica rodeada de agua diseñada por Oscar Niemeyer y sede de la cancillería.

Luego de ser recibidos uno a uno por Lula, los presidentes se reunirán en dos sesiones -primero con pronunciamientos individuales y luego para un debate informal-, seguidas de una cena en la Alvorada, residencia oficial del mandatario brasileño.

Todas las discusiones serán a puerta cerrada y aún no está garantizada una declaración final con una posición común.

Sin una agenda preestablecida y con un formato reducido -en la sala solo estarán los mandatarios, sus cancilleres y algunos asesores-, la idea del "retiro" propuesto por Lula es que los países puedan discutir con franqueza los problemas comunes.

Con información de EFE


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