Esta semana comienzan los trabajos sobre los restos encontrados, hay temor por la pérdida de información genética que pudo sufrir el esqueleto por acción del agua

El trabajo con máquinas volvió al Batallón 13, a 6 días del hallazgo.

El grupo de arqueología forense ya retiró todo el material de interés de la fosa y ahora analizará el pozo en sí y lo que pueda haber quedado en la tierra.

Las bolsas con tierra se pasan por un tamiz en la búsqueda de fragmentos o elementos pequeños que puedan haber sido removidos.

Además, se analizará con qué herramientas fue hecha la fosa en búsqueda de más indicios.

Este martes los investigadores se reunirán con forenses para establecer los estudios a realizar en los restos. Todos los análisis se hacen en Uruguay salvo el perfil genético que se hará en Córdoba, Argentina.

Una junta médica determinará la causa de muerte, indagará si hay marcas o lesiones en los huesos y se podrá así llegar a una primera hipótesis sobre la identidad de la víctima.

Se analizará también el hallazgo de la tela con botones, que parece una camisa, hallada entre los restos.

La investigadora Alicia Lusiardo dijo a Telemundo que el hecho de que el cuerpo fuera enterrado en un bloque de cal ayuda a la conservación de los huesos y el material genético pero que el temor es que parte de la información se haya perdido por la humedad.

La especialista dijo que el agua es uno de los materiales que más degrada el ADN y que este cuerpo estuvo 40 años a poca profundidad y muy cerca de una corriente de agua en una zona inundable.


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