La vicepresidente Topolansky discrepó con esta postura, porque entiende que las prefencias políticas y las relaciones comerciales están separadas.
En entrevista con el semanario Búsqueda, Javier Miranda aseguró que Jair Bolsonaro es un fascista y que en Uruguay se deben prender las alertas.
Aseguró que “el bolsonarismo plantea la polarización de la sociedad con manifestaciones absolutamente preocupantes como que los rojos se tienen que ir al exilio o presos y la defensa de la dictadura militar". Miranda dijo que "lo que está en riesgo es la democracia como forma de convivencia. Sea la extrema derecha o la extrema izquierda”.
Los periodistas entonces le preguntaron si está bien que el Gobierno esté dispuesto a negociar con un fascista o que el presidente vaya a su asunción.
Miranda respondió que “como partido político y corriente política pone la alerta. Ahora ¿si mañana el gobierno deriva en prácticas fascistas hay que romper relaciones o no?” Y luego planteó una hipótesis:
“Si mañana se establecen campos de concentración ¿habría que mantener relaciones comerciales y diplomáticas? ¿Había que mantener relaciones con la Alemania nazi? Si mañana esto derivara en un régimen de corte nazi-fascista como fue el período posterior a 1933, yo creo que sí. Ahí hay límites. El interés comercial no puede permitir cualquier cosa”.
Agregó que no comparte las derivas antidemocráticas ni de Venezuela ni de Nicaragua ni de Guatemala y las condena; pero marcó una diferencia: ni en Nicaragua ni en Venezuela son procesos donde dicen que hay que matarlos a todos.
Consultada sobre estas declaraciones, la vicepresidente Lucía Topolansky manifestó su discrepancia:
“Estoy totalmente en desacuerdo con romper relaciones. Las relaciones comerciales pasan por un lado y las preferencias políticas son secundarias, no es un santo de mi devoción".
El precandidato frenteamplista Daniel Martínez dijo que hay que esperar a ver qué pasa en Brasil:
“El Mercosur y la OEA tienen todos los instrumentos ante cualquier medida para defender la democracia. No nos apuremos: crucemos los dedos y esperemos que la racionalidad prevalezca sobre un retroceso sobre la barbarie”.
