La dirigente frenteamplista dijo que no hay ilegalidad en los depósitos que hacía en la casa cambiaria.
Las repercusiones por el polémico cierre del Cambio Nelson, propiedad del requerido por la Justicia Francisco Sanabria, se siguen sumando.
Ahora, la exintendenta interina y actual presidenta del Frente Amplio de Maldonado, la escribana Susana Hernández, hacía depósitos de sus clientes en la sucursal San Carlos.
Hernández, que por el momento no ha querido hablar públicamente de este tema, manifestó que era algo común entre los escribanos de la zona. Además, aseguró que lo que hace no es ilegal porque no se cobra ninguna renta y el dinero se deposita de forma transitoria.
Sin embargo, la Ley de Intermediación Financiera establece que solo los bancos y las cooperativas de intermediación financiera son los que pueden recibir depósitos en cuentas corrientes.
La escriban explicó también que, por ejemplo, en un caso en el que alguien quería comprar un vehículo por un valor de 20.000 dólares, este firmaba un boleto de reserva en el que aceptaba depositar 2.000 por concepto de garantía en el Cambio Nelson. Así, ese dinero luego formaría parte del bien al momento de la firma.
Por otra parte, la dirigente frenteamplista dijo que tiene sus ahorros personales en el Banco República y que solo depositaba allí el dinero de la reserva de la compra de propiedades.
Hernández espera reunirse en las próximas horas con la mesa política departamental para analizar la situación.
Pero el caso ha tenido más repercusiones. El eslogan publicitario del Cambio Nelson es “un verdadero centro de servicios”. Según varios de los afectados, este eslogan se debe a que “realmente brindaban un excelente servicio”.
Así, uno de los damnificados dijo a Telemundo que este cambio no solo le guardaba la plata, que quedaba por fuera del control del Estado, sino que, además, le pegaban intereses muy por encima de lo que pagan los otros bancos de plaza: “Si tenías que retirar todo el dinero de un plazo fijo, te lo daban al momento y con intereses. También te daban cheques, cobraban depósitos bancarios y hasta daban adelantos a jubilados, y pagaban jubilaciones y pensiones antes que en otros lugares”.
“Sin lugar a dudas, esto era un gran centro de servicios”, remató el damnificado. La mayoría de los afectados solo espera una cosa: el retorno de Francisco Sanabria a Uruguay.
