Así lo reconoció en una de las entrevistas que le realizaron los periodistas Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich para el libro “Luis Almagro no pide perdón”.
Entre otros temas, en la publicación el uruguayo también explicó el rol que tuvieron él y la OEA en la salida del presidente boliviano Evo Morales.
“Almagro no pide perdón”, estará disponible desde este martes y es producto de más de 100 entrevistas sobre la trayectoria de Luis Almagro, autoría de los periodistas Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich.
Según informa La Diaria tras acceder a un adelanto de la publicación, en cerca de 20 horas de entrevista durante un año y medio de trabajo, Almagro aborda varios temas. Entre ellos, las elecciones en Bolivia que marcaron el fin de la era Evo Morales tras 19 años de gobierno.
Al respecto, el texto asegura que “hubo una responsabilidad mayúscula de Luis Almagro, que lo admite sin ruborizarse y hasta se enorgullece de haber podido contribuir a cortar con un proceso de reelección que sobrepasaba el marco legal.” La publicación detalla cómo se gestó la Misión de Observación Electoral de la OEA, incluyendo el apoyo de Almagro a la candidatura de Evo Morales para ganar su confianza y lograr que autorizara la entrada de los observadores.
“Tenés que invitarnos para observar, no podés matar a nadie en una manifestación, en ninguna propuesta. No podés meter un solo preso político ni inhabilitarme ningún candidato. Y no podés robarte ni un voto. Estas son las tres condiciones mías”, le dijo Almagro a Morales en una reunión que mantuvieron en Nueva York un año antes de las elecciones, según se narra en el libro Almagro no pide perdón, de Ferreira y Natalavich, editado por Planeta.
Además, el texto incluye confesiones sobre los presidentes argentino, Alberto Fernández y brasileño, Jair Bolsonaro; así como también sobre el futuro político de Luis Almagro, a quien consultan si se ve en el Partido Colorado. “Siendo blanco es algo que cuesta, le va a costar a la gente entender. Pero lo dije también cuando dije eso: yo me siento absolutamente batllista. Probablemente lo que más sea en este mundo yo es batllista”, responde Almagro, y agrega que “en un batllismo mucho más tradicional, del Viva Batlle, es donde se sentiría más cómodo.”
