Actuaron como sicarios, por orden de un recluso que prometió pagarles 10.000 pesos y tres tizas de pasta base, droga a la que la pareja es adicta.
El juez Humberto Álvarez accedió al pedido del fiscal Juan Gómez, e imputó a Esteban Costa Díaz de 27 años y María Soledad Álvez Mesa de 21.
Dispuso para ambos una prisión preventiva de 180 días.
El hombre fue imputado por delito de homicidio muy especialmente agravado en calidad de autor y la mujer en calidad de cómplice.
Habían sido capturados el viernes en Cerro Norte.
El homicida ya tenía antecedentes penales por tráfico de droga y por hurtos y su compañera estuvo presa por tráfico interno de armas y porte y tenencia de armamento, y había salido hace un mes.
Actuaron como sicarios, por orden de un recluso que prometió pagarles 10.000 pesos y tres tizas de pasta base, droga a la que la pareja es adicta.
El recluso Erwin Parentini Flores, alias “el Coco”, llamó en varias oportunidades al homicida, presionándolo para que llevara a cabo el atentado y que tirara al montón.
Parentini es un exbarra brava de Peñarol, con antecedentes por homicidio agravado y otros delitos. Cumple condena por coautoría de un homicidio cometido en el marco de la disputa por el liderazgo de la barra.
Un intermediario le facilitó el arma al homicida, quien junto a su pareja se tomó un taxi en el Cerro sobre las 19:00 horas, cuando había terminado el clásico, con destino a 8 de octubre, a las cercanías de la sede Nacional.
Eran casi las 21:00 cuando desde la calle Presidente Berro, Costa apuntó a los hinchas que caminaban por Avenida 8 de octubre, y disparó 6 veces con una pistola Taurus.
Mató a Lucas Langhain, rozó de un balazo a su pareja Yanina, e hirió levemente a otro joven en el brazo.
Luego ambos corrieron rumbo a Avenida Italia. En el camino se sacaron algunas prendas que tiraron en un contenedor, y se tomaron un ómnibus 370.
Declararon que al otro día supieron que habían matado a Lucas.
El fiscal de Corte consideró que el asesinato buscaba, por un lado, arruinar el festejo del campeonato tricolor y, por otro, recuperar “un poder que ha sido dañado” dentro de la hinchada de Peñarol
“Hay personas que durante muchos años tomaron el fútbol como una forma de tener poder y cometer delitos”, advirtió Jorge Díaz.
