La madre de Alejandro Novo llamó a "no perder las esperanzas" y dijo que visitará a los asesinos de su hijo en la cárcel

Más de diez años después del asesinato del joven de 30 años, la Justicia encontró a los culpables. Su madre, que buscó incansablemente justicia, habló con los medios.

Alejandro Novo, de 30 años, manejaba un camión de reparto y fue asesinado el 14 de enero de 2009 durante un intento de rapiña cuando entregaba mercadería en un comercio del kilómetro 23 de la ruta 8.

Este martes la fiscal Alicia Ghione informó que los dos hombres fueron formalizados por los delitos de “homicido muy especialmente agravado” y un delito de “receptación”, ya que se comprobó que el auto que utilizaron el día del crimen era robado.

Este jueves la madre de Alejandro, Graciela Barrera, dio una conferencia de prensa a la que también asistieron autoridades del Ministerio del Interior y la Policía. Luego de perder a su hijo, Graciela se abocó a la búsqueda de justicia y también fundó Asfavide, la Asociación de Familiares y Víctimas de la Delincuencia, para dar apoyo a las personas que atravesaban situaciones como la suya. "Después de diez años les puedo decir a todas las personas que sufren lo mismo que nosotros que no pierdan las esperanzas nunca, que sigan batallando, y que así como hay un día después cuando pasan estas cosas, también hay un día después del que se hace justicia", dijo.

También explicó por qué invitó a las autoridades a participar de la conferencia:  "Creo que es muy importante que ellos vean que si trabajamos todos en conjunto las cosas salen adelante. En realidad que la sociedad lo vea. En el caso de Ale trabajó una fiscal espectacular, con mucha empatía, nunca nos dejó de lado. Trabajó una unidad con investigadores muy sagaces, con mucho cariño. Con el Dr. Williman representándonos a nosotros. Todo eso hace que se llegue a término porque yo pienso que una de las primeras cosas que tenemos que pensar como sociedad es que si somos testigos de algo tenemos que dar nuestro testimonio. Eso fue lo que nos ayudó a nosotros. Tenemos como sociedad tratar de eliminar la impunidad. Si bajamos la impunidad vamos a tener menos miedo y vamos a poder vivir en paz y con menos violencia".

Durante estos diez años Graciela trabajó visitando cárceles y haciendo llegar su historia y su testimonio a los presos. Consultada sobre si iría a visitar a los asesinos de su hijo, dijo: "Creo que en este momento tengo que bajar los decíbeles. Pero sí quiero ir a verlo. Yo pienso que la justicia se hace así, con restauración".

Además Graciela aseguró que hace mucho tiempo sabía quiénes habían matado a su hijo pero como no tenían pruebas, no podían detenerlos: "Yo sé desde el principio que ellos lo habían matado, lo sentía como mamá. Yo conocía a uno de ellos. Faltaban pruebas, no las teníamos y por eso no se podía probar. Era  gente del barrio donde teníamos la pollería".

 


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