Mario Layera: "hemos caído en una anomia social en la que no se cumplen las leyes y nadie quiere hacerlas cumplir"

El director de Policía enumeró los problemas para enfrentar la delincuencia.

La entrevista de Gabriel Pereyra en el diario El Observador se enfoca en los puntos que según el director nacional de Policía Mario Layera dificultan el combate a la delincuencia.

Uno se vincula al funcionamiento interno del Estado:

"El Gobierno está muy compartimentado. La Policía no accede a determinada información que tiene el Mides porque dicen que es reservada. No accedemos a información del BPS ni a la de Secundaria o Primaria que nos permitiría contextualizar y ver el perfil de la gente con la que estamos tratando. Saber cuántos estudian, cuántos están registrados en el BPS y podemos saber cuántos están afuera del sistema.

No quiere decir que todos sean violentos, pero nos da una idea del crecimiento, pero eso no funciona. Allí hay problemas en el primer nivel de socialización, que es la familia. Luego no van a estudiar. Tienen generaciones de familiares con antecedentes. Y allí está el mayor nivel de reproducción. Un día los marginados van a ser mayoría. ¿Cómo vamos a contenerlos?”.

Otro punto está en la forma anárquica en la que actúan ahora las bandas delictivas:

“Son pequeños grupos que se arman de un nexo familiar o barrial donde hay líderes fugaces, jóvenes que congregan a los más jóvenes aun. Desaparecido el líder van con otro y así están. Cuando es contra la Policía se juntan todos, pero sin liderazgo”.

También Layera explicó que la Policía solo contiene el delito en el momento en que se comete.

“Trabajás con la flagrancia, con lo que pasa. Llevar una investigación a largo plazo es difícil porque hay un lío en la fiscalía que no te lo permite”.

Layera también dijo que la decadencia comenzó en las cárceles.

“Hay una transmisión de conocimiento permanente con mucha maldad. No hablan de robar sino que el discurso es la violencia. ‘Si vas a robar no seas gil, el que tenés enfrente es el enemigo’. Antes te decían, está bien, perdí. Ahora se desacatan, atacan, grupos de vecinos que defienden a estos. Hay un choque de culturas que va agravándose”.

El director nacional de Policía aseguró que el estado tiene miedo de actuar:

“El problema es el temor del Estado de tomar decisiones difíciles para contener esto que hoy lo podemos parar pero con medidas no simpáticas. Por ejemplo, un control estricto de la concurrencia a los centros de estudio y que se llegue al retiro de la patria potestad. Eso es ley, solo que no se cumple, hemos caído en una anomia social en la que no se cumplen las leyes y nadie quiere hacerlas cumplir estrictamente.

Y cuando hablan de eso mandan a la Policía al frente en vez de enviar asistentes sociales que tengan un registro histórico de esas poblaciones. Ahí es más eficiente un trabajador social que un policía”.

Layera dijo que el policía está confundido porque debe enfrentar esto pero sabe que no lo puede parar.


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