Corridas, caos y mucha preocupación por los niños: el testimonio de un apicultor sobre el ataque de abejas en Melo

Pablo Del Río es apicultor y cuando se enteró de la situación salió corriendo desde la Intendencia, donde trabaja, para ayudar en lo que estuviese a su alcance.

Este jueves de tarde un grupo de personas resultó con picaduras de abejas luego de que se produjera, en pleno centro de Melo (Cerro Largo), un ataque de estos insectos. Pablo del Río es apicultor y cuando se enteró de la situación salió corriendo desde la sede de la intendencia, donde trabaja, para ayudar en lo que estuviese a su alcance.

De hecho, su hija se encontraba en el jardín, muy cerca de la zona donde se generó el incidente. "Cuando llegué me encontré a la Policía que estaba tratando de alertar a las personas a través de bocinazos y acelerando la camioneta. Me acerqué para decirles que no hagan ruido, que apagaran los motores y también para ver si se podía visualizar a dónde estaba el enjambre", contó en una entrevista con Telemundo.

Mientras colaboraba, Del Río fue picado varias veces en la cabeza, los labios, el cuello y una mano. Pero, pese a eso, siguió ayudando y  cuando vio lo agresivas que estaban las abejas decidió ir al jardín. Allí se encontró con la directora que con "un libretón" estaba socorriendo a los padres y los niños.

"De allí adentro llamé a Felipe Del Río, que es mi primo, y a mi padre, Jhonny Del Río, que también son apicultores para que se acerquen a ver la situación", relató. "Había muchos padres que estaban ingresando. Pedí que me alcanzaran alcohol en gel y le pasamos a varios padres y a los niños para que se calmaran un poco las picaduras", añadió.

Del Río explicó que cuando las abejas pican largan un olor que es identificado por las otras y que no solo hace que se acerquen al lugar sino que se enfurezcan más todavía. "Por eso, se aconseja no matarlas en el cuerpo para que no quede ese olor y que no vengan más abejas", comentó. Para evitar esto, también se les pasó a las personas que estaban picadas "perfumol", señaló.

El apicultor reconoció que se vivieron momentos de tensión. "(Estaba) todo el mundo corriendo, un caos tremendo, lo que más me preocupaba eran los niños, que no los picaran, que no hubiera alguno con alergia. Eso fue lo que me llevó a salir de mi lugar de trabajo de la intendencia corriendo para ver la situación", cerró.


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