La madre asegura que ese acto de amor de la familia que accedió a la donación le permite a Erika estar con vida.
En octubre de 2018, Erika volvió a nacer gracias a la donación de un corazón en momentos en que el suyo fallaba y se agotaban los tiempos. Tenía 8 años y su madre asegura que la niña y ella misma sentían mucho miedo.
Desde entonces, la pequeña, que cumple 12 años en junio próximo, lleva una vida normal con controles periódicos cada vez más espaciados.
Pero según relata su madre, la niña quería agradecer a su donante, sin la cual hoy no estaría aquí. “Ella siempre me pregunta de quién es el corazón, si lo puede conocer”, dijo la madre.
La Fundación Corazoncitos recoge ese agradecimiento en un spot donde la pequeña le dedica una carta a la niña que le donó el corazón. “Cada vez que respiro pienso en vos”, dice la carta, y agrega: “Tengo claro que si no fuera por vos y tu familia, no podría hacer eso”.
La madre asegura que ese acto de amor de la familia que accedió a la donación le permite a Erika estar con vida.
