La intervención se realizó en Filadelfia, Estados Unidos. Se encuentra sano y fuera de peligro junto a su familia.
Juan María Paladino tiene cuatro meses: nació el pasado 11 de diciembre en Estados Unidos, con 30 semanas de gestación y un peso de 1,6 Kg.
A principios de octubre, cuando aún se encontraba en el interior del vientre materno, fue el protagonista de la hazaña médica que realizó un equipo del Hospital de Niños de Filadelfia, al operarlo de un tumor en el corazón sin sacarlo del útero.
“Ahí lo que hacen sacan el bebé a la superficie, lo dejan como en forma de cruz, lo operan del pecho, le sacan además la manito para afuera para ponerle la vía, que era también muy riesgoso”, dijo su mamá, Cecilia Cella.
Cecilia, que también es madre de una niña de 3 años, cursaba la semana 20 de embarazo cuando se enteró que su segundo hijo tenía un teratoma en el pericardio, un tipo de cáncer al corazón muy poco frecuente. Según el diagnóstico realizado por los médicos del programa de corazón fetal de Filadelfia, el tumor debía ser extirpado inmediatamente para evitar que presionara el corazón y se extendiera hacia otros órganos, ya que continuaba creciendo día a día.
“No tuvimos mucho tiempo para pensar, de verdad, fue como más una situación de emergencia donde solamente te movés, actuás. Nos enteramos un lunes de esto y el sábado estábamos en Filadelfia, en el medio vimos diferentes doctores, hablando con doctores en Estados Unidos y acá”, contó Pablo Paladino, papá de Juan.
De sólo nueve casos similares al de Juan detectados en la historia del Hospital de Filadelfia, sólo uno había podido ser operado, pero no con un embarazo tan incipiente.
Si bien la histórica cirugía intrauterina fue exitosa, el tumor no pudo ser extirpado totalmente. Además, se presentaron complicaciones: siete días después de la operación, Cecilia rompió bolsa y debió continuar su embarazo en el Hospital, en total reposo, intentando evitar que Juan naciera y todo fuera en vano.
En en la semana 27 los médicos constataron que el tumor había vuelto a crecer y que Juan debería ser operado nuevamente.
“Yo le decía: ‘agarrémosnos de lo que puede salir bien. Si lo que puede salir bien es esto, bueno eso será nuestro 100%y saldrá bien’, y así fue todo el tiempo, eran demasiadas las cosas que podían salir mal entonces yo no sé cómo me bloqueé de que lo que estaba mal no iba a pasar, iba a pasar lo que estaba bien y traté de convencerla a ella de que iba a ser así”, contó Pablo.
La segunda cirugía se realizó ya fuera del vientre, tres semanas después de su nacimiento prematuro el 11 de diciembre y allí el tumor pudo ser totalmente extirpado. Juan estuvo 70 días en incubadora antes de poder regresar a Uruguay junto a su familia.
El futuro de Juan es tan esperanzador como incierto. Hará una vida normal, aunque deberá regresar una vez al año a Filadelfia para revisiones y controles.
