En ese particular edificio de casi 1.500 metros cuadrados de superficie se pueden encontrar curiosidades arquitectónicas y otras cosas más...
En pleno centro de Santiago de Chile, en el barrio Concha y Toro, existe un lugar mágico y encantador: el palacio Walker. En ese particular edificio de casi 1.500 metros cuadrados de superficie se pueden encontrar curiosidades arquitectónicas, como por ejemplo, ventanas octogonales, arcos tudor, bóvedas, puertas altísimas, interminables escaleras de madera y balcones estrechos. Esta peculiar construcción nos invita a viajar en el tiempo y, a la vez, a meternos en los laberintos más inquietantes de las leyendas urbanas, pues cuentan los chilenos que muchos hechos extraños ocurren en su interior. En particular, hablan de un ser demoníaco que habita en sus entrañas.
En el año 1929, el abogado, profesor y político don Horacio Walker Larraín adquirió el imponente edificio, hoy conocido como el palacio Walker, y lo ocupó hasta 1952, año en que lo vendió. Curiosamente, durante el período de tiempo en que el edificio fue habitado por la familia Walker, ocurrieron insólitos acontecimientos que dieron origen a la leyenda oscura del palacio Walker.
