"Llevo ocho años viviendo acá y la verdad no veo muchos cambios, la inseguridad está peor"

El director del Ballet Nacional del Sodre, Julio Bocca, habló de su experiencia como ciudadano uruguayo.

¿Qué te pareció el trabajo de Leo Barizzoni "Detrás del telón"?

La verdad es magnífico porque ha podido sacar realmente lo que es el trabajo cotidiano de todos los días, que el Ballet empezó a hacer y sigue haciendo. Descubrió esa sensibilidad que el bailarín tiene que poner y al mismo tiempo la cotidianidad. Agarró el sentimiento del bailarín y de lo que la danza lleva. Es maravilloso, además con él hemos trabajado mucho, entonces hay también una relación muy afectiva y de respeto. Es una forma de poder llegar a otra gente.

¿Pensás en quedarte?

Todavía no lo tengo definido, es más un sí que un no. La voluntad está, pero depende más de cuestiones mías personales. En parte puede ser por todo una burocracia que hay dentro y que está como volviendo, tengo algunos reparos y me preocupa un poco. Es lo que vengo sintiendo hace un tiempo, esa cosa de que avanzamos y cuando está todo bien y se puede seguir avanzando, hay un cambio, viene otra gente y volvés para atrás. Tenés que volver a empezar de nuevo y cansa (...). Lo que me lleva a un sí es el progreso que hicieron los bailarines. Yo hace muchos años atrás les decía a los bailarines que no confiaba en ellos, había cosas tontas que no tenían que pasar y que pasaban. Pero ahora sí puedo decir que confío en ellos, cuando se abre el telón yo sé lo que van a hacer. Eso me da algo positivo y lindo de decir: por ellos voy a seguir.

Es fuerte decirle a un grupo que no confías en ellos...

Yo, en muchos lados dicen que soy un dictador, yo soy muy directo y muy duro. Me criaron así, diciendo las cosas como son (...). Son cuestiones culturales y de juventud, en cuanto al ballet, ahora llegan y tienen todo. En mi época tenías que bailar en piso de cemento, no tenías piso flotante. No había nada de eso, era lo que había. Yo les digo a los chicos: disfruten lo que tienen ahora. Ellos vinieron y ya estaba todo, no tuvieron que pasar por ese proceso. Ahí yo tuve que entender la forma de ver las cosas como ellos. Ahora estoy muy feliz, el manejo es maravilloso, están trabajando a full. Es emocionante ver cómo ellos se van uniendo, están aceptando los cambios. Saben que esta carrera te lleva mínimo siete u ocho horas de trabajo. Tienen coreógrafos y maestros, y tienen el hoy para mostrarse y que el coreógrafo los elija. A mí me dio mucha alegría, con esta tira nacional que hicimos, ver el respeto y la comunicación más en serio que hay.

¿Qué te parece la sala?

Por ser una sala moderna tiene una calidez, una muy buena acústica. Para un artista tener su propia casa es impagable. Nosotros en el American Ballet no teníamos un teatro. No teníamos esa sensación de tener nuestra casa, acá está buenísimo tener tu lugar donde vas y tenés tu propio vestuario. Todo se hace ahí. Pasar y ver cuando se están pintando los telones y ver a la gente joven tratando de hacer una casa, una sombra, un árbol. A mí me gusta.

¿Cómo está hoy Ballet Nacional del Sodre? ¿Cuánto le falta?

Falta mucho. Pero está en una posición donde vos salís y te vuelven a llamar. Ya está dentro del circuito internacional de festivales de teatro y de empresarios que buscan compañías de nivel y que saben que van a vender. Es maravilloso pero es el comienzo (...). Ya ves que hay un respeto y una confianza al trabajo que se está haciendo.

¿Cómo fue para ti ir a Argentina?

Me movilizó mucho cuando fuimos al Colón. También al aire libre en la Noche de los Museos, fue emocionante porque era otra forma de poder compartir y transmitirles a los bailarines cosas que uno ha vivido. Vivir el aire libre para mí era común, decirles: párense acá, el viento es molesto pero con las luces no lo sufrís tanto. Ver a miles de personas aplaudiendo me movilizó mucho. Es maravilloso.

¿Allá te dicen "cuándo venís"?

Esta última vez ya empezaron a decir. Pero yo estoy muy bien en Uruguay y donde estoy viviendo. Estoy contento y estoy tranquilo. Es la primera vez que vivo en un solo país. Yo pasaba viajando por el mundo, nunca estuve realmente fijo en un país, con la vivencia, las cosas malas y buenas. La verdad es que lo disfruto muchísimo. Yo llego después de mi trabajo y disfruto mucho eso, la tranquilidad y la paz del mar. Son esas cosas que te da Uruguay y que siempre busqué. Ya estoy maduro.

¿Cómo ves a la sociedad uruguaya?

Yo llevo ocho años viviendo acá y la verdad no veo muchos cambios. La inseguridad está peor, es un tema muy grave que la verdad me sorprende en un país tan chico. En casa me robaron tres veces. Se ve cotidianamente. Y ya no es el robo cotidiano sino lo agresivo. Yo no llego a entender cómo un país tan pequeño no se pueda controlar algo tan necesario. Eso me da un poco de miedo y me preocupa. Después, el cuidado de lo nuestro, es algo en lo que hay que poner más en práctica y hay que poner más límites, son necesarios los límites. Hay que marcar que todos tienen sus propios derechos pero tenemos que limitar. No puede ser que entren y salgan de la cárcel como lo están haciendo, hay que hacer realmente algo para contenerlos y algo rápido. Esos niños o jóvenes que no están yendo a la escuela, hay que hacer algo rápido. Yo siempre digo: en el Ballet en cinco años miren todo lo que se hizo. Es lamentable con algo que es el futuro de un país.

Tu cuentas siempre cómo hacías para ir a trabajar y haces énfasis en la cultura del trabajo...

Yo me levantaba a las seis de la mañana, iba en tren a la escuela primaria, después a la escuela nacional de danza. Iba al Colón. A veces me acompañaba mi madre para no estar solo. Y es un sacrificio. En mi familia siempre me enseñaron que hay que trabajar y que el trabajo es salud y cultura, que es algo bueno, no malo. Tomarlo por ese lado y no estar pendiente en trabajar menos y ganar más. Tenemos países maravillosos, llevamos 35 años de democracia, otros países en esos años han hecho mucho.

¿Estás atento a las elecciones en Argentina?

Sí, estoy atento y he votado. No sé qué va a pasar. Pero una de las cosas que yo comentaba con mis amigos es que me pareció, en este período, que se generó una división tan grande, mismo entre los amigos, tener amigos que se peleaban entre ellos por los diferentes partidos o la forma de llevar un país y eso nunca había pasado. Me llamó mucho la atención y me molestó un poco. Haber generado eso no es bueno para ningún país. Esperemos que quien sea quien gane vuelva a poder unir un poco. Estoy al tanto de lo que pasa, tampoco quiero dar muchas opiniones porque uno es público y después lo encierran de un lado o del otro.

Acá lo que pasa en Argentina tiene mucha repercusión...

Estaría bueno que, yo sé que es difícil porque están entre dos grandes países, pero estaría bueno que se abran un poco más. Tienen una compañía de ballet con 70 bailarines, una compañía que sale, que viaja. Tienen un auditorio que muy pocos países tienen un teatro así. Ya casi no hay teatros donde se haga la escenografía y el vestuario. Si pueden lograr hacer esas cosas, se puede. Son pocos, por un lado es bueno, por otro a veces no, porque también se necesita gente joven para pagar las jubilaciones.

¿Vas al teatro, vas al cine?

No soy de salir mucho, estoy todo el día en el teatro. Una de las cosas que disfruto mucho es de estar en casa. Lo que más hago es eso. He ido a ver espectáculos.

Llegás a tu casa, te tomás tu copita de vino y, ¿qué música ponés?

A veces la radio, a veces música clásica, a veces cuarteto. No tengo un gusto específico. Intento desconectarme y siento que es necesario. Si hace mucho tiempo que no viajo necesito viajar. Llega un momento que necesitás ver qué hay, si hay novedades.

¿Y el fútbol?

Soy de Boca, somos campeones, ya no importa lo que pasó antes, voy para adelante.

¿Cómo fue al accidente de tránsito que tuviste hace un año?

Volví a nacer, no recuerdo nada de lo que pasó, recuerdo que hice una maniobra porque me iba a la banquina y más nada. Recuerdo despertarme, tratar de sacarme el cinturón de seguridad. Empecé a moverme de a poquito. Ese día volvía de Maldonado, volvía temprano, almorcé. Iba tranquilo y no sé. Estuve dos semanas internado. Fue un año de renacimiento. Del accidente sufrí un corte, nada más. El auto quedó hecho chatarra.

¿Ves figuras que se destaquen en Uruguay?

No. Pero este año he tomado chicos de la escuela y me dio una satisfacción el cambio que hay en la escuela, que lo vienen haciendo hace dos años con diferentes formas de trabajo. El año pasado trajimos un curso del American Ballet para maestros. Todos mis asistentes lo hicieron e invitamos a un maestro de cada departamento de Uruguay. Luego tienen que dar un examen y superar el 75 %. Este año vuelven a hacer la segunda parte y el año que viene la tercera, y está dando resultado, está funcionando muchísimo. Hay un cambio, hay una globalización.

Tú sos un hombre globalizado pero ni Twitter, ni Facebook...

Nada de eso, no me llevo con esas cosas. La única página que hay con mi nombre es de una fan que la hace, que lo tiene perfecto y sabe a veces más cosas que yo.

¿Lo que viene ahora te entusiasma?

La gala del 23 y 24 de noviembre por los 80 años del Sodre va a tener un popurrí de todo lo que hicimos en estos años (...). Y vamos a hacer Romeo y Julieta que es una de las grandes producciones que va a tener el Sodre en estos 80 años.

¿Cuánta gente trabaja en esa producción?

Habrá mínimo en sastrería unas quince personas.


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