Néstor Valetti: los barras "seguían recibiendo beneficios económicos" a pesar de que estaban en prisión

El juez que procesó a cinco barras de Peñarol dijo que se trata de una organización cuyo accionar es el mismo que el de los grupos que se dedican al narcotráfico.

La Justicia decidió procesar a cuatro barras de Peñarol por asociación para delinquir y a otro por extorsión. De los cinco, dos estaban en prisión. El juez del caso, Néstor Valetti, dijo que no se descarta que pueda haber más procesados y señaló que el accionar de la organización es el mismo que el de los grupos que se dedican al narcotráfico.

El juez reunió pruebas que le permiten afirmar que la organización era "liderada desde la cárcel" y que los líderes seguían recibiendo beneficios económicos por la supuesta seguridad que podían dar a los referentes. "Eso se traduce en plata, entradas, fuegos artificiales, beneficios cuando Peñarol salía del país.  Es una relevancia mayor a la que se podía obtener en el estadio mismo", agregó.

Esto también les permitía lograr un mayor posicionamiento frente al resto de la población y tener una mayor jerarquía dentro del crimen organizado.

Valetti señaló que actualmente no hay un delito para los dirigentes que regalen entradas y que ellos eran objeto de presión.

"Tenían un núcleo fuerte de cincuenta personas, luego unas trescientas y después una periferia de dos mil, que son mayormente menores de edad", agregó el juez de esta investigación que comenzó en octubre y que tenía como objetivo las barras de los dos equipos grandes. "Empezaron las intervenciones telefónicas y debido al proceso de violencia interno de la barra de Peñarol se focalizó la investigación a esa hinchada".

La barra brava de Peñarol fue liderada por Jorgito Rivero hasta que se abrió a raíz del asesinato de Renny Auditore Ferreira, otro referente, entre otros motivos. Su lugar fue ocupado por otras personas que eran "ejecutores manejados directamente desde la cárcel", según Valetti.

En las escuchas telefónicas no consta ninguna intervención con algún personaje político, aunque el juez no tiene elementos para desmentirlo ni asegurarlo porque el período de tiempo que se realizaron fue breve.

Lo que surgió de la declaración de los dirigentes de Peñarol fue cómo se fue gestando esta relación con la barra. Para Valetti se creó una "criatura muy difícil de parar" cuyo comienzo, según los dirigentes, es en el año 2005, fecha en que el Ministerio del Interior les solicitó "incluir a los barra brava para el control de la hinchada. Ahí es cuando ellos le dan poder (según dirigentes). Luego (en el gobierno de José Mujica) se decide el retiro de la policía de los escenarios deportivos". Esta forma de trabajo siguió hasta que hieren al Boli en la Ámsterdam. "Ahí se puso fin a la comisión de seguridad que presidía Sanguinetti. La comisión directiva decidió contratar una seguridad profesional conformada por altos jerarcas de la policía retirados y algún miembro del Poder Judicial. Ahí es cuando esta comisión corta todo tipo de beneficios para los barra bravas y ahí es cuando comienza el proceso de amenazas a la comisión, dirigentes y jugadores".

Ante esta situación fue que se decidió "atentar desde la cárcel" y es lo que precipitó los procesamientos. Nosotros estábamos tratando de establecer todas las redes pero tuvimos que cortar la investigación para evitar un mal mayor", sentenció Valetti.


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