Son cerca de 300 personas que diariamente practican actividades deportivas y recreativas.
La fachada del Club Peñarol, de la calle 18 de julio, en Dolores tiene algunos indicios del paso del tornado. Eso vieron los integrantes del club, en la tarde del 15 de abril de 2016, cuando desesperados pasaron por allí mientras socorrían a vecinos heridos. Fue horas después que ingresaron al club y se encontraron con los destrozos que había hecho el viento. No quedó nada sano.
“La prioridad es hacer el techo, la parte superior para que no entre la lluvia y tratar con fondos propios hacer una primera construcción que sea para la parte del frente”, contó el presidente de Peñarol de Dolores Roque Maciel.
Cerca de 300 personas concurrían diariamente a hacer actividades como fútbol, básquetbol, judo, fútbol femenino, patín, voleibol, ballet o teatro; además de los grupos de la tercera edad y de discapacitados. Todas estas actividades se dejaron de hacer en Dolores.
“La parte que llena el espíritu pienso que es lo que ahora el club necesita. La gente debe arrimarse para salir adelante y no vivir siempre con el recuerdo. Es dar un paso más”, opinó la integrante del club Augusta Sarachaga.
El club comenzó con la refacción del techo con dineros que le había otorgó el Ministerio de Transporte, antes del tornado, para mejorar sus instalaciones. Pero no es suficiente para que se puedan retomar las actividades.
“Empezamos a golpear puertas. Creo que pasó un tiempo considerable que la institución esperó y aguarda un apoyo que aún no llegó. Sin duda que mandaremos cartas a allegados, socios e instituciones”, contó Roque Maciel.
Pasado un año del tornado, los jóvenes comienzan a reclamar su espacio.
“Sería para una rápida recuperación anímica para un pueblo que todavía tiene un dejo de tristeza en su gente”, comentó Augusta Sarachaga.
