Carlos Camy: "Larrañaga hoy pasa a ser una bandera"

El senador nacionalista compartió vida política con Jorge Larrañaga y contó lo que significa la pérdida de su persona para el partido y para el país. "Su compromiso fue llevar la seguridad al país. Estoy convencido que fue lo que decidió en función de ese compromiso", dijo sobre su llegada al Ministerio del Interior. "Sintió la responsabilidad y la asumió".

Lo que significa la pérdida de Larrañaga para el país y para el partido

Mucho dolor. Fue un amigo y un compañero del alma. Fueron más de 20 años hilando más que un proyecto político que nos unió por siempre. Fue una persona por la que siempre contamos y hablábamos siempre. Recorrimos más de 650 veces el país. Duele mucho. También por supuesto la dimensión política: fue un compañero de todas las batallas. Jorge parecía que nunca iba a parar y decía que siempre podía. Se cayó  y se levantó todas las veces. Fue un hombre republicano y honesto. Siempre que se cayó se levantó. Queda un dolor muy grande. Tenía 64 años y estaba en su mejor momento. Estaba llevando adelante con convicción y un compromiso muy grande una tarea dificilísima como era el ministerio del Interior. Tenía proyectos de vida y fue una persona que nunca anunció lo central de él y lo que la población conoce. Detrás de ese carácter, había un ser humano muy cálido con gran corazón de gran sentido del humor. Lo vamos a extrañar por siempre. Quedan sus ideas. En esta relación de tantos años de haber vivido con tanta intensidad, se fue entramando una amistad que me hace despedir hoy a un amigo del alma.

El sistema político está conmocionado y sorprendido por la muerte. Jorge fue un gran blanco de todas las horas cuando el partido estuvo en lo más alto y fue más blanco aun cuando le tocó perder. Fue y es un gran referente del Partido Nacional. Jorge es un republicano cabal y es un hombre de la república. Todos los han señalado como un hombre político republicano. Ayer cuando ingresamos a San José era emocionante ver el pueblo saludando con banderas que no solo eran del Partido Nacional.

Se va temprano y mostrando una terea muy difícil de la que no todas agarran. Estaba haciendo lo que tenía que hacer y lo estaba haciendo en todo el país. Jorge estaba pensando en el Ministerio del Interior. Le obsesionaba ganarle la guerra al narcotráfico y bajar los delitos. Le obsesionaba la convivencia pacífica. Fue la última batalla más dura que dimos quizá cuando salimos a juntar firmas. Fue una idea que el propio sistema no acompañó y él tomó una lapicera para salir a buscar la herramienta. Más de un millón de uruguayos acompañaron. Estaba obsesionado con recuperar la paz ciudadana y por eso asumió el ministerio y le dedicaba las 24 horas del día. No tenía el horizonte electoral presente.

Su llegada al Ministerio del Interior

Jorge me llamó al segundo o tercer día de haber obtenido la victoria en el ballotage. Me dijo “decime una razón por la cual tenga que decir que no a ser el ministro del Interior”. Yo lo pensé y le dije “por tu familia”. Esta es una actividad de riesgo de todo tipo. Me dijo que no podía y que no tenía posibilidad ninguna de decir que no. El compromiso fue llevar la seguridad al país. Estoy convencido que fue lo que decidió en función de ese compromiso que había hecho con la ciudadanía. Sintió la responsabilidad y la asumió. Agarró la más difícil y la iba llevando bien. Me ha sorprendido en estas horas la opinión de los distintos grupos de la policía, el enorme respeto que en poco tiempo marcó en términos históricos la acción de la policía.

Es un momento de dolor muy grande. Cuando lo venimos a buscar hace más de 20 años a Paysandú en el discurso de despedida terminó diciendo que se iba a luchar por los sueños de todo el país, pero que se iba mirando al río. Hoy va a ser enterrado ahí mirando al río. Es un momento de congoja y dolor. Las ideas y los sueños no mueren. Larrañaga hoy pasa a ser una bandera.


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