El debate continuado en Uruguay sobre las políticas de seguridad tiene un capítulo aparte cada vez que el Ministerio del Interior publica las cifras de delitos. La forma de interpretar los números así como el método de comparación de los datos son asuntos de discusión entre políticos y académicos. Para el sociólogo, la divulgación de los datos oficiales tendría que estar a cargo de otro actor diferente al ministerio "para evitar la politización".
El delito es un fenómeno elusivo. No se ve el total y se pierde la referencia. Junto con la medición de delitos basada en denuncias hay otras herramientas. Una es la encuesta de victimización y lo otro es el estudio de tasa de denuncia. Ya hace varias décadas que se derribó el mito de la objetividad. El total de la ocurrencia de delitos no lo sabemos. El delito de la droga ilegal aumentó. Hay que problematizar que no es tan sencillo decir que aumentaron delitos.
Crítica de divulgación de datos
Está muy claro que hay una politización del dato estadístico. Es muy grave y desde el punto de vista ético está mal. Desde el punto de vista técnico no es correcto hacerlo. En la comunicación estamos acostumbrados a que es asistemática. Hay un protocolo de construcción del dato y de divulgación así. La Fiscalía publicó los datos y nadie lo discute, pero no pasó así en Interior. Hay una forma imprecisa de presentar la información. Una cosa es la divulgación del ministerio y otra la que hace el observatorio. La construcción del dato es importante. Lo mejor sería dejar los micro datos como hace el INE. Quien divulgue oficialmente el dato tendría que ser otro actor para evitar la politización, como el INE.
Los datos de reincidencia que se tienen son a partir de la población carcelaria. No se hace así la reincidencia. Lo primero que creo que falta es voluntad política.
Mercado de drogas en Uruguay
El mercado de drogas ilegales hay que entenderlo de forma internacional. Hay cuestiones por fuera que son estas. Otras tienen que ver con el lavado de dinero. Uruguay le ha ofrecido servicios al mercado ilegal. En la división del trabajo, ha ofrecido servicios financieros. Se detecta que se vigila poco, por lo que se detecta poco. Perseguir el dinero no significa a priori ni una bala ni un muerto. Y no se hace.
Este fenómeno delictivo hay que pensarlo como división del trabajo. Una es el lavado de dinero, que es el último eslabón. El lavado de dinero es clave en todo esto, pero se vigila poco.
En Uruguay hay organizaciones delictivas semi-organizadas que tienen que ver con la disputa de territorios y otras cuestiones. Estas formas están vinculadas con quienes lavan dinero, que es dinero manchado de sangre.
Con lo que ocurre en otros lugares estamos muy distantes.
