Consumir fibras contribuye a un buen estado de salud. A través de los clásicos rebozados veremos cómo vehiculizarla de una manera fácil y deliciosa.
La primera medida puede ser preparar tu propio pan rallado utilizando el pan integral que te haya sobrado o que tengas en casa. Hay que ponerlo a secar en el horno a temperatura baja. No es necesario que quede tostado, con que quede seco alcanza. Debemos hacerlo migas a través de una procesadora, una licuadora, un rallador o con tus propias manos. Otra manera es agregar a este o al pan rallado de siempre chía, salvado de avena, semillas de sésamo o salvado de trigo. Otra buena idea es ponerle todo. Lo mezclamos para que quede bien distribuido.
Si lo que queres es lograr un rebosado súper crocante, sustituí el pan rallado por copitos de maíz sin azúcar algo triturados. Podés hacerlo sobre la mesada con un palote o rompiéndolos en una bolsa.
Guardalo como siempre, bien cerrado para que no se humedezca.
