Así se puso fin a una agonía de 20 días, luego de la orden de la Fiscalía italiana de incautar temporalmente el barco humanitario.
El barco atracó en el puerto de Lampedusa en torno a la medianoche y los inmigrantes entonaron el "Bella Ciao", momentos antes de poder pisar tierra y ser identificados por la policía local,
La Justicia italiana ordenó el desembarco inmediato y la incautación del barco español ante el estado de "máxima urgencia" que se vivía a bordo.
El fiscal de Agrigento (Sicilia), del que depende Lampedusa, Luigi Patronaggio, había subido a bordo de la nave española acompañado de varios médicos para verificar el estado de los migrantes y la situación que reinaba a bordo, descrita por la tripulación como desesperada.
En su decisión, el fiscal se acogió al artículo 328 del Código Penal, que castiga con entre seis meses y dos años de prisión al funcionario público que haya omitido su deber que, "por razones de justicia o de seguridad pública, o de orden público o de higiene y salud, debe ser cumplido sin retraso".
La investigación no cita nombres pero a nadie se le escapa que mateo Salvini y su intransigencia de no abrir los puertos a las ONG es el responsable de la situación.
Esta Fiscalía investigaba un presunto delito de secuestro de personas para determinar por qué no pudieron desembarcar los migrantes en Italia a pesar de que un tribunal tumbó la semana pasada orden del ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, de que el barco no entrara en aguas territoriales italianas.