"Los países latinoamericanos son más felices que los países más desarrollados, como Estados Unidos o España", se explicó.
La empresa SURA Asset Management elaboró un estudio denominado "Barómetro de la Felicidad”, dirigido a "determinar los niveles de felicidad y bienestar en América Latina y los factores que influyen en la construcción de una vida feliz".
El trabajo destaca que "la mirada de los uruguayos sobre la felicidad se asemeja mucho a la de los norteamericanos y los españoles", y que cerca del 50 % se muestra optimista en relación a su futuro, pero solo el 30 % se considera feliz en el momento actual. Además, el 41% de los uruguayos dijo no estar muy feliz.
¿Qué otros aspectos releva este "Barómetro de la Felicidad”? Abordamos el tema junto a Mery Matthias, encargada del estudio.
Hicimos este estudio en toda Latinoamérica. Quisimos saber cómo estábamos los latinoamericanos en el tema de la felicidad.
Los países latinoamericanos son más felices que los países más desarrollados, como Estados Unidos o España: nuestros niveles de felicidad son mayores.
El gran mensaje es que hay una diferencia entre la percepción de felicidad por edad: a mayor edad, más felices nos sentimos los latinoamericanos, pero nuestros jóvenes no se sienten tan felices. Debemos mantener los valores de la familia, de las relaciones, de la espiritualidad que caracterizan a nuestros países.
El Salvador es un país muy religioso, con mucha fe, y eso lo tiene por encima de los demás países en cuanto a la felicidad, por el tema de lo espiritual. Pero el tema de los jóvenes también se repite ahí.
Nos vemos más felices en el futuro: los uruguayos suben su percepción de felicidad en el futuro, y eso es una buena noticia porque hay optimismo respecto a lo que viene.
El desarrollo económico es importante, pero el desafío está en medir los niveles felicidad y qué afecta eso. Las relaciones, las conversaciones, el estar frente a una persona es realmente importante y eso genera la felicidad. Las redes sociales hoy nos hacen estar más solos, porque ya casi no conversamos en persona, y eso nos impide ver y entender las emociones del otro.
Lo importante es tomar conciencia y tomar las medidas para ir cambiando esto. Latinoamérica es un continente muy feliz. Tenemos valores, y en Uruguay eso se ve.
