Así funcionan las neuronas espejo, fundamentales para la supervivencia de nuestra especie

Distintas hipótesis clínicas señalan que condiciones como el autismo, la esquizofrenia y algunas enfermedades neurodegenerativas están vinculadas a una disfunción en este grupo de neuronas.

¿Te dieron ganas de bostezar, rascarte o toser después de ver alguna de estas imágenes? Bueno, no estás solo ni tampoco es tu culpa. Aunque las responsables están en tu cerebro. Se trata de un grupo de neuronas descubiertas en 1996 y llamadas neuronas espejo. Estas neuronas, responsables directas de nuestro aprendizaje por observación, se encuentran en cuatro regiones clave dentro del cerebro que, además, se comunican entre ellas.

Estamos hablando del área premotora, que gestiona los movimientos y controla los músculos; el giro frontal, que intercede en la gestión de comportamientos sociales, afectivos y la toma de decisiones; el lóbulo parietal, que interpreta los estímulos visuales; y el surco temporal, que ayuda a procesar lo que escuchamos y el lenguaje.

¿Qué quiere decir todo esto? Que es muy probable que las neuronas espejo jueguen un papel central en tres aspectos del desarrollo humano. Por un lado en el aprendizaje por imitación y observación. También que sean determinantes para la adquisición del lenguaje, una característica que no es innata en nuestra especie sino aprendida. Y por último que son esenciales en el desarrollo de la empatía y el comportamiento social. “No en vano permiten entender las acciones de otras personas y también sus emociones”, explica la revista científica The Conversation.

Por todo esto es que algunas hipótesis clínicas señalan que condiciones como el autismo, la esquizofrenia y algunas enfermedades neurodegenerativas están vinculadas a una disfunción en las neuronas espejo. Desde hace un tiempo a esta parte, existe una rama de la pedagogía que insiste en que tener en cuenta a las neuronas espejo en los procesos de aprendizaje es crucial.

Así lo resumió una especialista en diálogo con El País de España: “Los psicólogos y neurocientíficos afirmamos que los niños pequeños aprenden básicamente por dos mecanismos: por observación (o sea imitación) y por ensayo y error. Sin embargo, el primer mecanismo, la observación, es más efectivo que el segundo, ya que no es necesario poner a prueba nada, solo observarlo. Las neuronas espejo ya se encargan de captar lo que siente el otro al hacerlo sin necesidad de experimentarlo y descifrar si es bueno para nosotros o no. De ahí que los psicólogos y profesores insistan en el mensaje de que los niños aprenden más por lo que ven hacer, que por lo que se les dice que hagan”.

Mirar, observar, aprender. Esa parece ser la lógica de nuestras neuronas espejo con los modelos de aprendizaje adecuados y también con conductas más dañinas. Por lo que eso de que hay que enseñar con el ejemplo y que el cerebro de los niños es como una esponja, al final, era cierto.


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