El Palacio Salvo cumplió 90 años y la celebración incluyó exposiciones y charlas

El protagonista del horizonte capitalino estuvo de festejo este fin de semana. Y es que el Palacio Salvo cumplió 90 años siendo  punto de atracción para los turistas y testigo de la historia montevideana.

El Palacio Salvo fue el edificio más alto de Sudamérica desde su inauguración en 1928 hasta 1935. Los vigías del puerto supieron aprovechar sus 95 metros de altura para cumplir desde allí con su labor.

El edificio fue creado por los Salvo, una familia italiana que hizo fortuna en Uruguay y decidió construir un rascacielos y un hotel de lujo. El autor de la obra es el arquitecto Mario Palanti quien había construido uno similar en Buenos Aires, el Palacio Barolo. El arquitecto italiano quería que los dos faros de los edificios se cruzaran en la entrada al Río de la Plata una idea tan idealista como descabellada que nunca pudo llevarse a cabo.

El Palacio Salvo comenzó a construirse en 1923 y se inauguró cinco años después. El edificio tiene 31 plantas, 4 torretas y una cúpula con un mirador de 360 grados. El edificio se levantó donde antes estuvo la confitería La Giralda. Alli se tocó por primera vez la cumparsita de Gerardo Matos Rodriguez. Hoy allí funciona el Museo del Tango.

Pero además el Palacio Salvo tuvo ​un salón de baile en el primer piso y un teatro en el subsuelo. El paso del tiempo, la desidia y la actividad delictiva  fue afectando el edificio que tuvo incluso desprendimientos de su mampostería, acumuló una deuda de contribución importante que fue renegociada durante la administración de Ana Olivera a cambio de mantenimiento.

Como parte de un proyecto para revitalizar el salvo, el 28 de abril de 2017 se inauguró sobre la cúpula una luminaria bautizada el  "Gran Salvo". Ese mismo año el Palacio Salvo volvió a tener sus portones originales. En 1949 los dueños del palacio se los habían llevado a su estancia en Rio Negro pese a que cada hoja pesaba 800 kg.  Por el peso el camión no pudo ingresar a la zona del palacio y fueron cargados por 15 personas.

Muchos años más tarde fueron recuperados y tras año y medio de trabajo de restauración reinstalaron 4 de sus ocho hojas originales en la puerta de acceso entre Andes y la Plaza Independencia. Los majestuosos portones en su color verde original se abrieron estos días para recibir a visitantes y uruguayos que festejaron sus nueve décadas de vida.


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