El déficit fiscal cerró 2012 en 1.350 millones de dólares, lo que equivale a 2,8% del PIB.
El resultado fue deficitario incluso antes del pago de intereses de deuda -lo que se conoce como resultado primario- debido a que los ingresos se redujeron como
porcentaje del producto, en tanto los gastos corrientes e inversiones incrementaron su peso en el PIB.
En lo que refiere a los ingresos, se destaca el menor resultado de las empresas públicas debido principalmente al sobrecosto energético que afectó las cuentas de UTE.
Por el lado de los gastos corrientes, el aumento estuvo principalmente explicado por el mayor pago de pasividades y salarios, las transferencias de salud (vinculadas al Fonasa), y pagos extraordinarios.
