El análisis económico de Telemundo giró alrededor de la discusión que ya está empezando a tenerse en el gobierno.
A cada nuevo gobierno le llega el momento de poner su plan para los próximos cinco años del país en números. Estamos hablando de la Ley de Presupuesto quinquenal, sin dudas la más importante del período. Esta ley tiene que ser remitida al Parlamento por el Poder Ejecutivo antes del 31 de agosto, y allí se abre un plazo de 45 días en cada cámara para poder aprobarse. A su vez, si una cámara introduce modificaciones, la otra tiene 20 días más para analizarlas.
Por lo tanto este proceso de aprobación puede llegar fácilmente a fin de año. En la ley se establece cuánto dinero se gastará de acá al 2019, en qué rubros y cómo se repartirá por programas. La gran pelea está centrada en cómo obtener aumentos presupuestales.
Repasemos cuáles fueron los incrementos de fondos que planteó la Ley presentada por el gobierno de José Mujica en 2010:
El mayor incremento de fondos de la ley de presupuesto del último gobierno lo obtuvo la Educación, seguido por la Seguridad, La Salud y finalmente vivienda, protección social e infraestructura. Varios de estos rubros siguen siendo prioritarios de cara a la nueva Ley.
En estos momentos todos los ministerios están armando sus propios presupuestos: cuánto tienen que invertir en sueldos, cuánto en obras, cuanto en operativa funcional. También elaboran sus cuentas organismos como el Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas, la Corte Electoral, la Universidad de la República.
Todos estos organismos tienen sus pedidos, sus necesidades, imaginen lo que es el lobby. ¿Y todo esto a quién se le remite? A Danilo Astori y su equipo. Recién allí se suma todo el paquete y se le trata de dar coherencia como un todo.
En este contexto queda muy claro por qué el ministro de Economía repite casi como un mantra que encontró las cuentas fiscales peor de lo esperado y que hay que ser muy austeros. Es un mensaje para todos los que están elaborando sus presupuestos y pedidos.
Recordemos que el déficit fiscal ya está en un nivel de 3,3% del PBI y que en un contexto de desaceleración es fundamental cuidar que el gasto público no aumente por encima del crecimiento económico.
