China autorizó tener tres hijos por familia por envejecimiento de la población

Este anuncio lo hizo este lunes el Partido Comunista, tres semanas después de que se publicara el censo 2020 que puso de manifiesto un envejecimiento rápido de la población.

En cinco años, China enterró su política de hijo único, pasando a autorizar este lunes a las familias a tener hasta tres hijos. Suprimió el límite de dos, con la esperanza de reactivar la tasa de natalidad en el país más poblado del mundo.

Esta política irá acompañada de "medidas de apoyo" a las familias.

En marzo, el parlamento votó un plan para aumentar gradualmente la edad de jubilación durante los próximos cinco años, para disgusto de gran parte de la población. Los detalles de esa política no han sido revelados.

Los demógrafos advirtieron del riesgo de una evolución a la japonesa o a la surcoreana, con una disminución de la población y un exceso de personas mayores en relación con los jóvenes y la población económicamente activa.

Mientras tanto, el crecimiento de la población ha disminuido considerablemente.

Según el último censo, el país más poblado del mundo tenía oficialmente 1.411 millones de habitantes a finales de 2020.

En comparación con el anterior censo de 2010, la población aumentó sólo un 5,38% (o un promedio de 0,53% por año), es decir la tasa de crecimiento más baja desde los años 1960.

Este es un repaso a cuatro décadas de política familiar en el país más poblado del mundo.

La política del hijo único

A finales de los años 1970, los dirigentes chinos descubren con estupor que la población del país roza los 1.000 millones de habitantes, casi el doble que en 1949, cuando los comunistas llegaron al poder (969 millones en 1979 frente a 540 millones treinta años antes).

En respuesta, el hombre fuerte del régimen, Deng Xiaoping, impone la política del hijo único, que prevé fuertes multas para quienes las infrinjan, aunque incluye excepciones para las minorías étnicas o las familias campesinas si su primer hijo es una niña.

El número de nacimientos se hunde: la tasa de fecundidad (el número de hijos por cada mujer en edad de procrear) cae a 1,6 a finales de los años 1990, mientras que en 1970 era de 5,9. Pekín asegura que gracias a su política se evitaron 400 millones de nacimientos.

No obstante, esta política ha sido muy criticada por los abortos y las esterilizaciones forzadas y por las consecuencias que ha tenido en la evolución sociológica del país: la generación de los "pequeños emperadores" ha crecido sin saber lo que es tener un hermano o una hermana, primos, tíos y tías...

Primera apertura

A pesar del riesgo de envejecimiento de su población, el régimen comunista duda a la hora de liberalizar su política, por miedo a provocar una explosión demográfica. Al final, en 2013, autoriza a tener dos hijos a aquellas parejas cuyos dos componentes sean hijo único.

Pero dos años después, solo 1,45 millones de parejas habían presentado una solicitud para tener un segundo hijo, es decir, apenas un 15% de la población que podía servirse de la medida.

Dos hijos para todos

En 2016, Pekín decide autorizar que todas las parejas puedan tener dos hijos. Pero el coste de la educación es alto, los apartamentos son pequeños y, con la evolución del estilo de vida y las costumbres, los chinos cada vez se casan más tarde y se divorcian más. La natalidad no despega.

El año pasado, el número de nacimientos cayó incluso a 12 millones, su nivel más bajo desde 1961.

Tres hijos por familia

El 31 de mayo de 2021, el Partido Comunista anuncia que las familias podrán tener tres hijos, tres semanas después de que se publicara el censo decenal (2020) que puso de manifiesto un envejecimiento rápido de la población.

AFP


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