La canciller alemana Angela Merkel reconoció haber cometido "un error" y pidió "perdón" por haber intentado endurecer las restricciones contra el Covid-19

El gobierno alemán dio marcha atrás y renunció al plan que incluía el cierre de tiendas y la realización de oficios religiosos por videoconferencia, luego de la avalancha de críticas recibidas, incluso desde el oficialismo.

Merkel afirmó que la idea de un endurecimiento de las medidas por cinco días durante Semana Santa fue pensada "con las mejores intenciones", para "desacelerar y revertir la tercera la de la pandemia".

Sin embargo, terminó retrocediendo señalando que "no se puede hacer en un corto lapso".

"Un error debe ser reconocido como tal, y lo que es más importante debe ser corregido y si es posible a tiempo. Sé que esta propuesta ha generado una incertidumbre adicional, lo lamento profundamente. Por eso pido el perdón de todos los ciudadanos", dijo Merkel.

Además de la prolongación de las restricciones actuales hasta el 18 de abril, como la limitación de las reuniones privadas y el cierre de comercios considerados "no esenciales" y de lugares de entretenimiento o de culto,  el gobierno alemán también había prohibido los alquileres para vacaciones en Semana Santa en todo el país.

Pero este miércoles la canciller Angela Merkel dio marcha atrás.

Con todo, el gobierno contempla prohibir provisionalmente algunos viajes al extranjero, como a la isla española de Mallorca, un destino muy popular entre los alemanes.

Considerada insuficiente por los científicos, la "pausa" era criticada por diversos sectores, desde asociaciones de comerciantes por el impacto económico hasta los cristianos privados de misas presenciales.

Y en medio de la tercera ola de la pandemia, el partido de Merkel, al que hace algunas semanas se le auguraba la victoria en las elecciones de setiembre, ha perdido varios puntos en las encuestas de los últimos días.


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