"Espero que el presidente no esté conteste a que personas que cometieron delitos de lesa humanidad, que incluso le mandaron vino envenenado a su padre y madre, tengan leyes que actúen con benevolencia", dijo el exsenador frenteamplista.
El exsenador del Frente Amplio Rafael Michelini participó este viernes del homenaje a su padre, Zelmar, en el aniversario de su asesinato en 1976 en Buenos Aires (Argentina) durante la última dictadura cívico militar (1973-1985). Junto a él fueron asesinados el nacionalista Héctor Gutiérrez Ruiz y los ex tupamaros Rosario del Carmen Barredo y William Whitelaw. Por estos cuatro crímenes el 20 de mayo se realiza la Marcha del Silencio, que a partir de las 19 horas recorrerá el Centro de Montevideo.
Michelini remarcó que es un día "de recordación y de lucha" y contó que su padre le "marcó a fuego" que debía "pelear con dignidad, independientemente del resultado". Sobre la marcha de esta tarde, dijo que espera que sea "inmensa" y destacó que muchos jóvenes que no vivieron la dictadura "están igual de firmes" en los reclamos de "verdad y justicia".
"Los nostálgicos de la dictadura saben que cada vez que la marcha del 20 de mayo es más y más grande es más difícil añorar esos años", lanzó Michelini, y estimó que esta movilización podría ayudar a "frenar proyectos de ley que quieren dar señales de impunidad", en referencia a la iniciativa de Cabildo Abierto de otorgar prisión domiciliaria a los reclusos mayores de 65 años.
"Espero que el presidente no avale que las personas que cometieron delitos de lesa humanidad, los delitos más aberrantes y que incluso le mandaron vino envenenado a su padre y madre, tengan leyes que actúen con benevolencia", señaló. Michelini hizo referencia al envío de tres botellas de vino envenenado en 1978 para los dirigentes nacionalistas Luis Alberto Lacalle Herrera, Mario Heber y Carlos Julio Pereyra. Cecilia Fontana, esposa de Heber, fue la única que bebió el vino y murió como consecuencia de ello.
El fundador del Nuevo Espacio aclaró que se deben asegurar "las garantías del proceso", pero que "una vez que los jueces determinan, determinan".
"Cuando los jueces determinaron que alguna persona fuera a prisión domiciliaria (por motivos de salud) no dijimos nada, pero otra cosa es que el Estado a través del Parlamento dicte que tienen que estar en su casa. No es tolerable ni en Uruguay ni internacionalmente. Espero que el presidente no esté conteste con ellos", insistió.
