El delincuente fue capturado y este sábado fue enviado a prisión preventiva por cien días.
Juan Antonio Vigorito Irrazabal, tiene 43 años. Antes de ser mayor de edad ya había empezado a dedicarse a la venta de drogas al menudeo y comenzó a prender sobre el narcotráfico.
A los 23 años comenzó su propio negocio de acopio y distribución. Desde ese entonces al día de hoy. Cayó preso seis veces, contando esta última.
Los anteriores procesamientos fueron cuatro por narcotráfico y uno por rapiña. El último antecedente que tiene es del año 2005, cuando cayó preso con un cargamento de drogas.
Desde entonces, su estrategia cambió y lo llevó a ser uno de los capos narcos más buscados pero a su vez, de los más evasivos de la Policía. Fuentes de la Jefatura de Canelones y de la Brigada Antidrogas señalaron que se trata de uno de los delincuentes más escurridizos de nuestro país.
El Juano tenía su depósito en Pando, en la casa de un joven que por una cifra de mensual de dinero le guardaba las drogas en el lugar.
Vigorito no tenía casi contacto con la droga, pero se encargaba de llevarla a todos los puntos de la costa canaria y la propia ciudad de Pando.
Vigorito había tenido sumo cuidado en no ser detenido. “No se regalaba”, dijeron desde la Policía. Sin embrago, este jueves cuando salía de su casa de la calle Padua fue detenido por un grupo de efectivos policiales de la Brigada Antidroga, quienes consiguieron elementos para imputarlo por delitos vinculados al narcotráfico.
