La hazaña de Kenia sorprendió a un país entero y logró un lugar destacado en el universo mágico de la tradición oral, su gran valentía salvó una vida y dejó una importante lección.
A lo largo de la historia el humano ha sentido gran afinidad por las mascotas, especialmente por el perro. Ese amigo fiel y compañero que con sus gestos de cariño y lealtad, alegra a todos. Es que los perros no miden a las personas por su raza, su credo o su historia. A ellos no les importa si su amo es millonario o vive en la miseria.
Es por eso que ocupan un lugar de privilegio en nuestras vidas, tanto que muchas veces los consideramos parte de nuestras familias. ¿Alguna vez pensaron qué sería de nuestras vidas sin estos fieles compañeros que cuidan con recelo nuestros hogares y nos brindan su afecto infinito e incondicional? Seguramente a nuestras vidas le faltaría muchísimo amor y alegría.
Por eso es bueno valorarlos y otorgarles un lugar en nuestras vidas, acorde al que ellos nos dan. No olvidemos que estos fieles compañeros son capaces de arriesgarlo todo por sus amos. De hecho, son capaces de sacrificar hasta sus propias vidas.
Esta es la historia de Kenia, una perra que realizó una hazaña que pocas personas serían capaces de efectuar, así dejó una huella imborrable en el corazón y en la memoria de los habitantes del departamento de Durazno y nos dejó a todos una lección que jamás olvidaremos
