Pedro Mairal: “maltratar al personaje, eso es la narrativa”

El escritor argentino, ganador del Premio Clarín por Una noche con Sabrina Love, visitó Montevideo para presentar La Uruguaya, una novela de tono intimista, lenguaje claro, ágil y visual, que pasea al lector por una Montevideo idealizada y lo golpea con un giro inesperado.

pedro mairal Me interesaba mostrar Montevideo y que sonara verdadera. No muestro mucho de Montevideo, muestro el Centro y quizás la llegada a Uruguay por Colonia, esa ruta. Eso me interesaba mostrarlo porque tiene algo de portal, para el porteño, el argentino. Esas palmeras son como pasar una dimensión distinta, cuando los argentinos pasamos a Uruguay es como que bajamos la guardia, estamos de vacaciones y todo es como fantasía, paraíso. Me interesaba pegarle al personaje, que no le saliera bien eso, pero quería que fuera real esa Montevideo, entonces lo que hice fue aprovechar algunos viajes que tenía acá y tomar notas de curiosidad genuina, hablaba con el mozo y me fijaba cómo me hablaba.

¿Eso sabiendo que lo ibas a escribir o por curiosidad?

Intuyendo que tenía ganas de meter eso en un ambiente, en un cuento, un relato o una novela, como este caso.

La Montevideo del personaje, de Lucas, es una Montevideo más imaginada que vivida. Es una Montevideo que recuerda de un viaje medio enamorado con ella, y hecha de pedacitos de video que ella le manda, de Tiranos Temblad, y pedazos de música, por ejemplo un video en el que están Cabrera y Rada cantando "Te abracé en la noche" en un bar, entonces es una Montevideo imaginada por él. Así como también ella es un poco imaginada. Me interesaba hacerlo chocar como un tren contra la Montevideo real y la mujer real.

Sacarle un poco de poesía, de romanticismo...

Sí, porque eso es un poco la narrativa, al fin y al cabo. Maltratar un poco al personaje.

Acá entra de alguna manera la vida de Lucas. Está contada desde ese día, y eso es lo que me dio un poquito el pulso del libro. Un poco como los músicos, que tienen una base melódica dentro de la cual se mueven, improvisan, se van en un solo y vuelven a caer dentro de esa base melódica. La improvisación se puede hacer dentro de esa estructura, y yo tenía el día, ese martes de viaje, de un tipo que viene para acá, y esa era mi base melódica. Desde ahí podía ir para atrás en el tiempo, entonces él hace el racconto de cómo la conoció en Valizas, también hace el racconto un poco de la relación con su mujer, resquebrajada, un matrimonio desgastado, y esos son los saltos solos de trompeta que se van para afuera. Después, el asunto era volver a caer en el lugar, entonces él recuerda eso, mira por la ventana y está pasando el Río Santa Lucía, llegando a Montevideo. Me iba y volvía. Es un día, pero es la vida entera.

Me interesa ese tono como de secreto, de te estoy contando una confidencialidad total, muy íntimo. Eso lo trabajé deliberadamente, que no sonara tanto como literatura, como alguien que te está contando algo bastante suelto de cuerpo.

Sin rimbombancias, sin literatura elevada. Con palabras que se entiendan, coloquialmente...

Llamando a las cosas por su nombre, porque las escenas eróticas están dichas con las palabras que usamos todos los días. Eso mezclado con el tono íntimo me parece que da el tono del libro, y calzó justo con el personaje que está contando esto, pensando que le cuenta esto a su mujer. Todo el libro es como una especie de confesión a su mujer.

Guerra es una gran pregunta.

Es como la Maga...

En un momento cuando le había elegido el nombre me di cuenta de eso. La Maga de Cortázar era uruguaya. Entonces acá de golpe tenía una Magalí, y me gustaba el nombre "Magalí Guerra Zabala".

Muchas veces necesito ponerle el nombre a los personajes al principio, y ya había pensado ese nombre, y después calzó lo de la Maga y lo de los caramelos, que es el fundador de Montevideo, Zabala.

Aprendí mucho sobre Montevideo, Uruguay y la música haciendo el libro. Me sumergí en Zitarrosa. Lo tenía pero medio lateralmente, me puse a escucharlo más concienzudamente, y me impresionó mucho. Me emocionó el tono del tipo.

Después Cabrera, Rada. Cuando encontré la canción de Joya y Spencer de Rada, calzó perfecto, porque Guerra está buscando material sobre Joya y Spencer para una película sobre el Peñarol de los negros.

Hay algo muy raro que pasa cuando escribís, que es que si estás con el radar prendido es como un imán más que nada, se te pegan las cosas que te sirven. Por un lado buscás, pero por otro lado de golpe escuchás una canción en la radio que decís ¡perfecto! Y te vienen las cosas. No creo que sea que pasan más cosas cotidianamente, sino que tenés el radar prendido para estas cosas y recortás justo de la realidad lo que te sirve.


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