El politólogo y periodista presenta su nuevo libro sobre la presencia de democracias liberales en Latinoamérica.
Este miércoles se presenta en Montevideo el libro titulado “La Tenue Virtud: Uruguay como excepción al caos en la región”, una publicación que aborda las condiciones políticas y la tradición democrática de Uruguay en medio de realidades bien cercanas y diferentes. Recibimos al autor de este libro, el periodista y politólogo argentino Claudio Fantini.
Lo que se percibe en estos últimos años es un deterioro de la democracia liberal, que es lo que llamo “la tenue virtud”. Esta no es espectacular. Cuando ingresa el discurso heroico y bélico ingresa al escenario político, empieza el deterioro. Quien busca enemigos en la política, busca el manejo hegemónico del poder.
Chile y Uruguay
La política sudamericana es el espacio tomado en el libro y el tiempo tomado desde las últimas dictaduras militares en la región hasta estos días. Uruguay y Chile tienen una excepcionalidad, más apegada a la tenue virtud, independiente de la ideología.
En Chile el mérito mayor es de la centro-izquierda, con esos 20 años de demócratas cristianos asociados al Partido Socialista que lograron despinochetizar la sociedad chilena. Piñera es el primer líder de centro-derecha verdadero porque fue el primer líder que estuvo en contra de la continuidad de Pinochet.
Creo que no es casualidad lo de las coaliciones, porque le da una amplitud enriquecedora. En el caso de Chile fue como que el agua y el aceite se unieran.
Vengo a Uruguay seguido y percibo un crescendo de la belicosidad del discurso, en la descalificación. Veo cómo las voces más fanáticas van imponiendo su griterío. Empiezo a ver las señales preocupantes. Eso pone en peligro la democracia liberal: la sociedad abierta, plural y diversa.
Los defectos y virtudes
Las diferencias empiezan en que cada presidente que empezó terminó su mandato. Las crisis económicas estuvieron en parámetros lógicos y no a niveles cataclísmicos como Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil. Cuando miramos la región, hemos visto una hecatombe.
Creo que los partidos políticos son exudados de la sociedad. Si hay una clase dirigente hipercorrupta es porque la sociedad está hipercorrompida. En Argentina la arbitrariedad es absoluta. Es de un lado y del otro.
Lo grave es cuando la sociedad no reacciona. La arbitrariedad del gobernante no se asienta en el poder del estado que gobierna, sino en la debilidad moral de la sociedad que tolera la arbitrariedad del gobernante. En Chile y Uruguay la sociedad fue más exigente. Hay un republicanismo cultural que viene del origen.
Uruguay es contagiable. El libro tampoco habla del “Milagro uruguayo”. Uruguay está en una barriada salvaje donde el salvajismo político es impresionante.
Autoritarismos latinoamericanos
El problema de Bolsonaro no es su posición ideológica, sino que toda su vida tuvo incontinencia ideológica. Se hizo notar por decir barbaridades. Sin embargo, genera un efecto contagio: hay personas con un homofóbico dentro, un misógino o racista que se ve reivindicado. Decir que Bolsonaro es lo que es, no es ser lulista. Ahora, decir que Lula fue Pol Pot y el PT el Khmer Rouge es falso. Fue un gobierno de centro-izquierda. Hay que criticarle lo que hay y no inventarle cosas.
Me indigno con los que callan ante las barbaridades de Ortega y Maduro así como Juan Orlando Hernández en Honduras o Jimmy Morales en Guatemala. Esas complicidades son aberrantes.
La ausencia de Mujica en el libro
Lo que pasó con Mujica es que viaja mucho. Le mandamos las preguntas por escrito y la respuesta de su oficina fue que tenía la agenda completa hasta fin de año. Le dijimos que lo esperaríamos hasta fin de año.
Le hicimos llegar las preguntas y gente de su entorno nos dijo que él no participaba de entrevistas grupales. Tuve que respetar eso porque no estaba obligado nadie a participar.
Me hubiera gustado que estuvieran los cuatro presidentes (uno falleció) que participaron del periodo.
