El caso de un policía que mató al perro de una persona en situación de calle: "Necesitamos que haya una toma de conciencia y una capacitación para trabajar con la fauna urbana"

Rita Rodríguez, de la ONG Trato Ético Animal, enfatiz{o en la necesidad de hacer un cambio de óptica sobre los animales y su trato en sociedad.

Vecinos de La Blanqueada y organizaciones animalistas denunciaron que el pasado 16 de junio, en Mateo Vidal y Abreu, un agente cometió abuso policial contra un hombre en situación de calle y mató a su perro de un disparo. El hombre en situación de calle, que se llama Pablo, cuenta que lo detuvieron de una manera violenta, lo que motivó que su perro Compa se pusiera nervioso y saliera en su defensa. Uno de los policías le disparó y lo mató, mientras Pablo era esposado y puesto de cara al suelo.

La palabra que resume todo es tristeza. Nos llegaron las denuncias casi de inmediato y pensamos que, independientemente de que sea un policía, es algo que como sociedad tenemos que rechazar inmediatamente. Ir con un arma y matar a otro es algo que no podemos tolerar, mucho menos cuando se trata de una persona que trabaja para cuidarnos a todos.

Ya había una rispidez con el funcionario por temas previos, ya había mala intencionalidad hacia Pablo y Compa que terminó en una situación muy violenta.

Por suerte ya se tomaron algunas medidas adecuadas y con la celeridad que corresponde. Pero nos han llegado cerca de diez noticias de casos similares. Necesitamos que haya una toma de conciencia y una capacitación para trabajar con la fauna urbana. Ahora se vienen acciones muy intensas del Ministerio del Interior que tendrán a humanos y animales vinculados en situaciones de mucho estrés que tendremos que trabajar. Para eso solicitamos una audiencia con los ministros Larrañaga y Bartol para coordinar acciones y como sociedad civil ofrecer capacitaciones en lo educativo.

Pablo tiene relación con esa comunidad. Creemos que esto lo vulnera muchísimo más. Se trataba de un perro que tenía una vinculación más. Los vecinos lo alimentaban y lo mimaban.

El derecho a la vida fue vulnerado. Hay que hacer charlas, trabajo educativo en ese sentido, en gestión de fauna urbana.

En principio deberían habilitarse espacios de confort. Son cuestiones que tienen que pensarse en forma más integral. Las personas que son alojadas deben serlo con sus familias, que los perros lo son.

Lo primero que hay que pensar, es dónde le van a dar alojo. En este caso tiene que haber una mirada integral para trabajar con humanos y animales. Si no se atiende debidamente, habrá cuestiones de violencia donde el animal defienda a su humano.

Un protocolo debe ser elaborado por psicólogos. Estamos formados en el vínculo con humanos, entonces tiene que haber un trabajo que haga énfasis en el carácter de estos animales, que son parte fundamental de este proceso. También tiene que trabajarse con veterinarios y etólogos para ver cómo relacionarse con estos animales.

Buscamos que se trate una convivencia. Es necesario hacer un cambio de paradigma, que no se piense solo en humanos. Ese cambio, desde el antropocentrismo es necesario. Nos cuesta porque implica cuestionarnos los privilegios.

Nos estamos organizando con la Coordinadora de Protección Animal. Lo que saludamos en la LUC es la creación de un programa nacional de castración. La situación de animales en situación de calle no es la misma que el animal que vive con su familia. Son animales que son muy cuidados y con una cantidad de afecto por día que no tienen. Eso genera un vínculo muy, muy fuerte.

Jaurías en el interior

Consideramos que la evidencia es bastante fuerte de que funciona la educación para convivir con animales. Hay que trabajar en la esterilización de los perros y que no salgan de nuestra vista.

Soluciones del Poder Ejecutivo no son eficientes, porque matarlos todos no es siquiera ético. Los matan y a los meses hay otra jauría.


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