El frío y los métodos para calentar el hogar

El invierno se instaló la semana pasada, pero hace varias más que el frío se ha hecho presente, con temperaturas que alcanzaron los -3º. Con este panorama, los métodos para calefaccionar el hogar son muy diversos, desde su sistema energético hasta su rendimiento. Para evidenciar estas diferencias, la empresa SEG Ingeniería realizó el cálculo del costo de los diferentes métodos, teniendo en cuenta su eficiencia. Dialogamos con su director, Ernesto Elenter.

La eficiencia de los distintos sistemas de calefacción

Para ponerlo en contexto, primero que nada decir que el costo energético es un costo relevante para los hogares, no es un detalle. No es que lo suframos solo en el inverno, toda la energía que consumimos, según un estudio del BID, muestra que en Uruguay aproximadamente un 13% de todos los gastos de un hogar promedio se destinan a pagar los gastos energéticos (la energía eléctrica, el gas, la leña, supergás, e incluso el combustible para nuestro vehículo). 13% es bastante y todo lo que podamos hacer para achicar ese costo obviamente va redundar en un beneficio en el bolsillo que podemos usar en otras cosas más útiles.

¿Hay una deferencia relevante entre hogares de mayores ingresos y hogares de menores ingresos?

Sí, hay una diferencia, y efectivamente es peor en los hogares de menores ingresos. No tengo ahora la cifra pero destinan más aun, creo que era cerca del 18% en cubrir la factura energética total.

¿Cuál ha sido el sistema de calefacción más eficiente para los uruguayos?

Nosotros publicamos todos los años al comienzo del invierno un informe donde comparamos los costos de los diversos sistemas de calefacción que hay disponibles. Para los que lo quieran ver, lo pueden ver en nuestra cuenta de Twitter (@segingenieria). Ahí hay mucha información de costo de energía, de tendencia de energía renovable, y esos informes también.

Hay que pensar que tenemos distintas fuentes energéticas: tenemos la electricidad, la leña, el supergás, el gas natural, el fueloil, gasoil; son muchas fuentes energéticas que podemos utilizar para transformarlas en calor.

Pero a su vez tenemos distintas tecnologías para transformar esa fuente energética en lo que creemos que es calor útil. Entonces, por ejemplo, la energía eléctrica, y esto es bueno siempre recordarlo, la podemos usar de manera muy eficiente, que es mediante un sistema de bomba de calor o aire acondicionado (Split, común y corriente que hay en muchos hogares hoy en día). Por cada kilowatt que compramos a la UTE, entrega 3 kilowatt de calor, por eso hoy en día el sistema de aire acondicionado es el sistema más económico para calefaccionar los hogares en Uruguay.

Hay otras bombas de calor, por ejemplo para calefacción central, que utilizan el mismo principio, pero siempre tienen una unidad interior y otra exterior. Y se llaman bomba de calor porque lo que hacen es bombear calor del exterior hacia adentro del hogar. Lo que logran es vencer el primer principio de la termodinámica que es robarle calor que está frío.

En cambio una energía eléctrica común, una estufa cuarzo, un caloventilador, un radiador de aceite, todos funcionan con el principio de calentar una resistencia eléctrica y ahí lo que entrega es 1 a 1: por cada kilowatt que le pagamos a UTE, entrega un kilowatt de energía térmica. Y ese es el sistema más caro que hay para calefaccionar. Cuesta tres veces más que el aire acondicionado dando la misma cantidad de calor. Y por eso siempre decimos, lo barato sale caro: obviamente un aire acondicionado es mucho más caro que una estufita eléctrica, que capaz la compras a 800 pesos, y un aire acondicionado, instalado, te tenés que gastar unos 300 dólares. Pero la diferencia de costos es tan grande en la factura de UTE mensualmente que vale la pena sin dudas, si vas a usar todos los inviernos, comprar un aire acondicionado. En dos inviernos recuperas la inversión, si lo usas varias horas al día.

Los aires acondicionados tienen un set point de temperatura: lo pones a 23º, y él solo va a estar prendiendo y apagando.  Entonces si vas a estar en el ambiente, déjalo prendido a una temperatura confort, no a 28º porque no es necesario. Está estudiado que la temperatura confort en invierno es de 21 a 23º, con eso estamos confortables. Hasta evitamos el choque térmico cuando salimos de nuestro hogar, y además, por cada grado que vos aumentas en cualquier sistema de calefacción, gastas entre 5 y 10% más de energía. Eso se debe a que cuesta más generar el calor mientras más alta la temperatura que le pedís, y aumentan mucho las pérdidas al exterior. En verano, se corre un poco esa ventana y se recomienda entre 23 y 25º. Porque no tiene sentido estar a 18º con frío en verano. A veces pasa en algunos edificios por ejemplo, que hay calefacción central y no está bien regulada la distribución de calor entre los distintos pisos y nos encontramos con derroches energéticos absurdos, donde hace mucho calor adentro de los apartamentos, dejan ventanas abiertas porque no se aguanta; bueno, eso es un extremo.

Pero volviendo a lo inicial, los sistemas más económicos, y remarco económico, no significa que sea el más confortable. Tal vez el más confortable es tener una loza radiante, una temperatura homogénea todo el día. Pero si hablamos de pesos, el más conveniente es el aire acondicionado. Lo sigue muy cerquita la estufa a leña de alto rendimiento. Ahí aprovechamos a recordar que las estufas a leña convencionales que son las que estás más presentes en todo el país. O sea el sistema más utilizado en Uruguay para calefacción es la estufa a leña; 40% de los hogares en Uruguay tienen estufa a leña. Son muy ineficientes las estufas a leñas convencionales, aquellas que son de hogar abierto, donde uno está en contacto directo con la leña y con la braza. Quizás es un poco más lindo, más romántico, pero la tecnología ha superado esas estufas a leña convencionales, y hoy en día hay mucha gente que ha migrado a estufas a leñas de alto rendimiento; son cerradas, tienen un vidrio adelante, tienen doble cámara de combustión y hacen una combustión controlada: la estufa abierta, todo el aire que puede entrar ahí entra en combustión y lo que ocurre es que entra tanto aire que se va por la chimenea en forma de humo, que estamos tirando cantidades brutales de calor por la chimenea. Cuando pasamos a una estufa a leña de alto rendimiento, que logra controlar esa combustión, ese desperdicio de energía se reduce mucho. Además, las estufas convencionales tienen un problema ambiental y es que emiten mucho material particulado: son pequeñas partículas que se van con ese humo de combustión que a la larga afectan a los pulmones. La estufas a leña abiertas se pueden adaptar y pasarlas a alto rendimiento, que van a pasar a gastar la tercera parte de lo gastan hoy en leña.

¿Qué pasa con el pellet?

El pellet es material procesado de leña, de aserrín, de residuos de aserraderos o de leña picada bien chiquitita, que además es bien seca, lo llevan a un grado de humedad mínimo y eso hace que sea muy eficiente su combustión. Y tiene la ventaja que al ser como pelotas de madera, se comporta como un fluido, entonces no es necesario agarrar troncos y cargar la estufa. Hasta se pueden programar, porque prenden muy fácilmente, con un sistema de teléfono inteligente, lo puede hacer a distancia. Es un poco más caro porque el pellet es más caro que la leña. Es muy eficiente igual.

 

 


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