Fiscal de Corte afirma que el CPP "no tiene vuelta atrás" y que su puesta en marcha no ha influido en el aumento de delitos

"Nosotros no hemos salido a quemar policías cuando hacen mal las cosas", señala Jorge Díaz.

El Ministerio del Interior dio a conocer las cifras de delitos del primer semestre del año: hubo 218 homicidios y casi 14.500 rapiñas en Uruguay, siendo los peores registros dados a conocer hasta ahora.

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, atribuye la situación al  Código del Proceso Penal,  y lo llama el “efecto noviembre”, por el mes en que entró en vigencia el sistema.

Abordamos estos y otros temas junto al fiscal de Corte, Jorge Díaz.

El caso de las elecciones en la AUF

Recopilamos toda la información que había, en principio de la prensa. Se habla de hechos con apariencia delictiva, porque si hablamos de presunta coerción a una persona para que deje de ser candidato… y ahora se habla del pago de coimas en procesos licitatorios. Me preocupa eso que se dice de que cuando se configura el pliego de la licitación, ya se sabía quién era el ganador.

No sé si las acusaciones son ciertas o no, pero merecen ser investigadas y a fondo. Esto es como una herida infectada: si no se deja salir toda la podredumbre hasta que salga sangre, se complica.

Tienen apariencia delictiva, pero se verá si existieron o no, si se pueden probar o no, y si se encuadran en alguna figura delictiva o no.

Las actuaciones de la Fiscalía

Tenemos mucha inmediatez. Y a veces por eso recibimos palo y otras elogios. Cuando son casos que tienen importancia pública y que ameriten que la Fiscalía los investigue, los remitimos inmediatamente para que se proceda.

Es una forma de tratar de darle una rápida respuesta a estos temas que de lo contrario quedarían relegados.

Me preocupa que nos olvidemos rápidamente de temas que en un momento fueron centrales. Especialmente el tema de la corrupción, que me preocupa mucho.

Los cruces entre el Ministerio del Interior y la Fiscalía

Yo no soy político, soy un técnico, y por a eso a veces puedo cometer incorrecciones políticas. Ni en pedo sería candidato. Pero la respuesta diplomática sería que no existe posibilidad de que eso ocurra.

No hay un enfrentamiento de poderes. Nosotros trabajamos con la Policía desde hace años en la implementación del nuevo CPP. La Fiscalía y la Policía tienen sistemas que interoperan. Tenemos reuniones a veces semanales y a veces mensuales, tanto a nivel local como de autoridades. Y tenemos muchos procedimientos conjuntos exitosos: investigaciones complejas que llegan a tener resultados positivos producto de la coordinación.

Existe una zona donde siempre existen fricciones y seguirán existiendo: donde la Policía entiende que un caso desde su punto de vista está aclarado, pero quien tiene que llevar ese caso al juzgado es el fiscal, y desde su óptica pueden faltar elementos de convicción. Es la famosa discusión de nosotros la agarramos y ellos los sueltan, y del otro lado dicen que ellos no les traen las pruebas. Es una discusión que existió y seguirá existiendo. En un Estado de derecho, las cosas funcionan de esta manera. Es natural que existan estos conflictos, el tema es ver cómo se van resolviendo.

No he escuchado a Ministerio del Interior culpar a la Fiscalía. Tenemos una diferencia de percepción ante un determinado fenómeno. La población espera que nosotros trabajemos. He decidido no discutir más sobre este tema: hay que trabajar y trabajar, y es lo que hacemos a diario con la Policía en todo el territorio nacional.

Bonomi habla de algunos fiscales y de algunos casos. Nosotros no hemos salido a quemar policías cuando hacen mal las cosas. Hemos optado por presentar el reclamo de forma institucional ante las autoridades correspondientes. Pero si entramos en la lógica de salir a los medios cuando alguien hace algo mal, entramos en una lógica de confrontación que es inviable.

Hemos hablado muchas veces con el ministro. Con el director nacional de la Policía me reúno todas las semanas, y deberíamos hacerlo más. Hay dos formas de encarar este problema: dando la cara, enfrentando el problema, o diciendo que el problema es del otro. Nosotros tenemos la tranquilidad de que siempre hemos dado la cara.

El problema de la inseguridad es muy profundo y complejo, no se resuelve en una movida de tablero de ajedrez. Podemos discutir hasta el cansancio las tareas de control, que desarrollan la Fiscalía y la Policía. Pero lo más importante es tratar de que el delito no ocurra: prevenir. Nosotros en la prevención no tenemos ninguna función que cumplir, aunque tampoco eso es solo policial, porque las causas del delito son muy profundas. La seguridad involucra la libertad de vivir sin miedo y con dignidad.

La academia en general está convencida de que el nuevo CPP no ha influido en el aumento de los delitos. Estamos convencidos de que eso no es así. Pero acá no importa cuál es efectivamente el problema: hay que solucionarlo. Además, el CPP no tiene vuelta atrás. El proyecto inicial del Poder Ejecutivo para los cambios era malo e inconstitucional. El Senado lo emprolijó. Ahora tiene algunas soluciones discutibles, pero se mejoró.

Nos encontramos con una realidad muy distinta en función de los números que teníamos y las proyecciones que hacíamos. Hay un montón de factores que son muy complejos.

De las personas que ingresan al sistema carcelario, la mayoría son jóvenes, adictos, pobres y analfabetos. Prácticamente no ingresan al sistema carcelario personan que hayan terminado el liceo. Hay un tema cultural que nos debe preocupar a todos. Lo que para nosotros es delito, como el tráfico de drogas, para un importante sector de la población es un trabajo, lo conciben de esa manera. Y ese es un tema cultural que no lo resuelve ni la Policía, ni la Fiscalía.

Mientras no entendamos que la violencia solo engendra más violencia… y sigamos pretendiendo atacar las consecuencias y no las causas, el delito va a seguir existiendo. La cárcel es una usina regeneradora de violencia y de delitos.


Las Más Vistas